V E I N T I N U E V E

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—Cleo, ya te dije que no quiero ir a la sala de juegos —reprochó Danna, sonando agotada—

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—Cleo, ya te dije que no quiero ir a la sala de juegos —reprochó Danna, sonando agotada—. Quiero quedarme en mi habitación haciendo nada...

—Bueno pues, puedes quedarte en la sala de juegos haciendo nada —se le ocurrió con entusiasmo, al parecer con el propósito de transmitirle aquella sensación a la castaña.

No funcionó.

—Sabes que ya no me agrada ir ahí, Cleo...

—Es que además quiero que me enseñes a usar ese Nestlé —pidió con tono esperanzador.

—Se dice Netflix, Cleo —suspiró rendida cuando ya se encontraban junto a la puerta de la sala de juegos.

—Eso dije yo, sí, sí —asintió estando a punto de abrir la sala. Pero se detuvo y volvió a mirarla— Mi pequeña Danna, —suspiró y acarició su mejilla con ternura—... ¿Tú sabes lo mucho que yo te quiero, verdad? Y que yo jamás haría algo por ti que sé que te lastimaría o te haría daño... ¿Verdad?

Esas palabras hicieron que al corazón de Danna se le curarán algunas cicatrices. Sabía perfectamente cuánto su Nana la quería, se lo demostró desde que tenía memoria, desde siempre. No había recuerdo malo alguno con su Nana.

Recordaba las veces que sus padres la regañaban y la castaña corría a los brazos de Cleo, que solía esperarla en la cocina con cookies de su propia elaboración para calmar sus penas infantiles. Recordaba cuando su Nana dejaba que le ayudase en la cocina, solamente para poder pasar tiempo juntas mientras Danna le contaba los últimos chismes de farándula. La existencia de Cleo en la vida de Danna siempre sumó y fue para mejorar sus días, realmente la quería como si fuese de su familia.

Siempre la hizo sentir querida y comprendida, y sabía a ciencia cierta que siempre la cuidaría.

—Claro que lo sé, Cleo. —sonrió mientras tomaba una de sus manos y estrujaba con cariño.

Los ojos de su Nana se cristalizaron al tiempo que proseguía con lo que estaba haciendo.

Cuando la puerta se abrió, lo primero que llamó su atención fue ver unos ojos avellanas enormes contemplándola fijamente con un brillo que no comprendía. Su cuerpo se paralizó casi por completo y fue un acto reflejo dar un par de pasos hasta él, hasta que recordó su último encuentro. Entonces se detuvo.

¿Qué era lo que estaba pasando…? No había manera de que Christopher estuviese ahí, pero sí, ¡estaba! O tal vez era solo producto de su imaginación a causa de la añoranza con la que luchaba a diario por querer verlo y es que aunque ella se había encargado de mantenerse lejos del radar de todos los chicos –porque por más que le doliese estaba consciente que era lo mejor para todos, de esa manera y así evitaría cualquier tipo de problemas con Alison y con Clara.

—¿Qué haces aquí…? —preguntó la chica en un tono de voz apenas audible. La manera en la que estaba latiendo su corazón descontroladamente apenas le permitía respirar con tranquilidad, y pensar estaba sobrevalorado en ese momento.

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2023 ⏰

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