V E I N T I T R É S

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Varios meses más tarde...
 
—Aún se me hace difícil creer que Madison y Erick sigan sin dirigirse la palabra.—comentó Joel en cuanto se quedaron solos en el salón.
 
—A mí se me hace difícil creer que Erick hizo lo que le hizo.—soltó Zabdiel negando con su cabeza—. Pero logré entender que aunque me duela, no es algo con lo que tenga que involucrarme.
 
Joel lo volvió a ver.—¿Lo entendiste tú solo o necesitaste ayuda para hacerlo?
 
Zabdiel se encogió de hombros.—Danna me lo hizo ver. Luego hablé del tema junto a Richard con Maddie y lo entendió.—contó con lentitud.—Aunque debo admitir que a veces hablo con Erick sobre eso...
 
—¿Y él qué dice?
 
—Sólo dice que no sabía lo que hacía y luego de un rato cambia el tema de conversación...
 
—Hay algo dentro de mí que me dice que pronto todo esto cambiará…—comentó Joel en voz baja luego de varios minutos en silencio.
 
—¿Para bien o para mal?—quiso saber.
 
—No lo sé.—negó y miró hacia otro lado a un punto fijo—. Y eso es lo que más me aterra.
 
—Mi mamá siempre dice que la fe y la esperanza deben ser lo último en perderse.—susurró Zabdiel—. Y Alex dice siempre que Dios escoge a sus mejores guerreros para sus peores batallas.
 
—La fe y la esperanza poco a poco desaparecieron cuando me di cuenta que tengo que fingirle una sonrisa hasta a mi madre.—soltó el rizado con lentitud—. Y ojalá en esta guerra se pudiera alzar una bandera blanca porque juro que a veces siento que no aguanto más.
 
—Solo espero que la salida de hoy luego de tanto tiempo nos sirva a todos para distraernos.—asintió.
 
—Igual yo, Zab.
 

 —¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Esta noche fiesta!—gritó Madison mientras encendía y apagaba constantemente el interruptor de la luz

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—¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Esta noche fiesta!—gritó Madison mientras encendía y apagaba constantemente el interruptor de la luz. Haciendo que sus amigos rieran a carcajadas.
 
—¡Yo digo “hoy”, ustedes dicen “fiesta”!—canturreó Christopher al ponerse de pie.—¡Hoy!
 
—¡Fiesta!
 
—¡Hoy!
 
—¡Fiesta!
 
—¡¿Hoy hay qué?!
 
—¡Hoy hay fiesta!—cantaron Richard y Madison junto a él, haciendo reír de nueva cuenta a los demás.
 
—Ustedes son un cago de risa.—soltó Madison con diversión mientras se sentaba en el suelo.—Son tremendos.
 
—Mira quién habla, eh—rio Richard.
 
—Están más eufóricos de lo normal.
 
—No es euforia.—negó Christopher y luego de recibir una mirada de reproche de Zabdiel, se encogió de hombros con inocencia.—Está bien, quizá sí sea euforia, pero ¿entiendes que ya hace meses que no salimos? ¡Mi cuerpo pide rumba!
 
—¡Mi cuerpo pide alcohol en sangre!—bromeó Madison.
 
—La última vez que tomaste, Maddie, estabas tan cansada que te dormiste antes de llegar a tu cama.—recordó Danna.
 
—Sí, Erick te cargó hasta tu ca...—las palabras de Zabdiel se desvanecieron en el aire al darse cuenta de lo que estaba diciendo. Se encogió en sí mismo y llevó sus ojos del cubano a la argentina repetitivamente.
 
—Está bien, Zab.—susurró Madison con la intención de que su amigo no se preocupara.
 
El silencio que invadió la habitación fue inigualable. Aunque ya se estaba haciendo costumbre. Sin embargo, cuando el silencio abrazaba al círculo de bromas y risas, este salía dispersarse; Danna y Christopher desaparecían, Madison arrastraba a Richard a otro lado con la excusa de que quería saludar a Aaliyah por videochat y los demás tres se retiraban a sus habitaciones. Pero esta vez parecía que ninguno quería irse de allí.
 
—Hablando de salida...—comenzó a hablar Joel luego de varios minutos en silencio—¿cómo haremos para escabullirnos de Alison? Esta vez no tiene ninguna reunión y Clara tuvo que irse, ella ahora no nos puede cubrir.
 
—Esa es una muy buena pregunta.—comentó Christopher señalándolo.
 
—Alison sólo sale de su habitación hasta medianoche, de ahí en adelante se encierra a trabajar allí y no se asoma a los pasillos hasta la mañana siguiente. —soltó Erick con nerviosismo.
 
—¿Y tú cómo sabes eso?—quiso saber Richard con el ceño fruncido pareciendo perturbado.
 
—Demasiado tiempo sin dormir y sin saber qué hacer me llevan a los pasillos de los hoteles donde nos quedamos.—Se encogió de hombros y el moreno asintió comprendiendo.
 
—Entonces deberíamos salir luego de medianoche...
 
—Al parecer sí, amor.—asintió Christopher haciendo que la castaña lo mirara y le sonriera.
 
—Mucho amor, qué asco.—bromeó Madison con fingido asco poniéndose de pie.
 
—Maddie...—habló Danna con tono de advertencia y riendo.
 
—Bueno, acuérdense que no nos tenemos que vestir para llamar la atención, eh. ¿Nos encontramos acá doce y cuarto, entonces?—cuestionó ignorando completamente la pequeña amenaza de su amiga y caminando hacia la puerta de la habitación.
 
—Claro, amiga —sonrió Christopher.
 
—Vos no sos mi amigo.—rio—Desde que sos el novio de Danna te convertiste en mi cuñado, y como toda relación de cuñados, me corresponde hacerte la vida imposible y hacerte acordar a cada rato que no hay fiesta sin globo.—bromeó haciendo que Christopher riera a carcajadas.
 
—¡Oh, por Dios, Madison!—soltó Danna con las mejillas sonrojadas y cubriendo su rostro con sus manos.
 
—Oye, no creo que sea esa la relación entre cuñados...—intervino Zabdiel riendo.
 
—En mi país sí, Zabdi, no te metas—volvió a bromear interrumpiéndolo.
 
—Si tú lo dices...
 
—Wey, ya vete que no te aguanto—rio Joel en dirección a la argentina.
 
—Chinga tu madre imaginaria, Dylan—soltó imitando erróneamente el acento mexicano al tiempo que abría la puerta para salir de allí.
 
—¡Oye!—se quejó haciendo reír a los demás mientras la morena salía hacia el pasillo escuchando su risa del otro lado de la puerta.
 
Y en ese momento, en el medio de las carcajadas de sus amigos –y la suya, también– a Richard se le formó un nudo en el estómago. Así, de repente, sin siquiera estar pasando algo malo en ese preciso momento, un sentimiento desagradable se instaló en la boca de su estómago y parecía no tener intensiones de desaparecer de allí ya que pasaban los minutos mientras sus amigos bromeaban junto a él y seguía sintiéndose de la misma manera; sin embargo, no quiso comentarlo, no quiso decirlo en voz alta.
 
«Dios, por favor, que nada malo pase.»
 
 

FREEDOM|CNCO.Where stories live. Discover now