O N C E

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Días después…

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Días después…

—¿Se puede saber dónde diablos te has metido?—cuestionó Donna McClure del otro lado de la línea telefónica. Danna inspiró con fuerza tomando asiento en el pequeños alfeizar de la ventana observando un punto fijo sin mirar nada en particular.—Te he llamado por lo menos un millón de veces y nunca me respondes...

—Estoy muy bien. Gracias por preguntar, mamá.—exclamó sin moverse de su lugar.

—No estoy para juegos, Danna.

—Ni yo para interrogatorios, mamá.

—Mira…hagamos una pausa ¿de acuerdo?—suspiró.—Comenzamos mal y es mi culpa, lo sé. No llamé para pelear, mi amor. Solo llamé para saber cómo estás. Tu padre y yo estamos en Miami y pensamos que podríamos reunirnos contigo…

Danna cerró sus ojos un segundo y apretó sus labios.—No puedo justo ahora, mamá. Estoy de viaje…

—Danna…

—De verdad, no puedo justo ahora.

—El portero de tu edificio nos ha dicho que hace días no vuelves a casa…

—Oh, vamos. ¿Me estás espiando además de todo? ¿Y cómo sabes dónde vivo? Se supone que no lo sabías…

—Claro que no. Y eso es lo de menos.—respondió.—¿Puedes parar un poco?—Danna negó lentamente apretando con más fuerza su celular contra su oído.—¿Por qué no vienes acá y pasamos unos cuantos días como familia…?—cuestionó en voz baja.—Vamos, Danna…hace un buen tiempo que no lo hacemos. Mira…tu padre y yo decidimos venir de vacaciones. Estaremos acá un par de semanas y sería lindo vernos… ¿no crees?

—¿Vienes en modo mamá o en modo diseñadora de modas súper famosa?—cuestionó.

—Danna…

—Quiero saberlo, mamá. Porque si me pides que vaya a Miami y pretendes estar todo el tiempo con la cabeza metida entre bocetos, no gracias…—Ella suspiró.—Eso es lo que pensé…—la puerta de la habitación se abrió y Madison entró por ella.—Escúchame, mamá…tengo, tengo que dejarte. Tengo muchas cosas que hacer y la verdad es que yo…

—Está bien, está bien.—respondió finalmente.—Te prometo que no trabajaré durante el tiempo que estés aquí…

—Es que no se trata de eso, mamá. Realmente no puedo. No estoy en Miami, te lo dije. Estoy…ocupada.

—¿Haciendo qué…?—cuestionó. Madison la miró un segundo mientras tomaba asiento sobre el filo de la cama.

—No lo entenderías.—anunció sin más.—Te llamaré tan pronto como me sea posible, lo prometo.—Y tras decir aquello finalizó la llamada sin esperar respuesta.

—Tu madre no tiene ni idea de que vos trabajas siendo la chica del vestuario de una banda famosa ¿verdad?—Danna se mordió el interior de la mejilla y negó.

FREEDOM|CNCO.Where stories live. Discover now