Capítulo veintisiete: Contradicción emocional

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NOTA: Hola, bueno, comencemos, con una explicación del porqué me demoré en actualizar.

Este capítulo fue muy difícil de escribir, como todos los capítulos finales, siempre tengo problemas con ellos.
Escribí el mismo capítulo, una y otra vez, porque no lograba estar satisfecha.

Esperó, les guste la versión final. Está recién terminado, por lo que puede contener errores, si ven alguno no duden en decirlo.

Siento que es un poco aburrido, pero que da paso a grandes cosas.

¡Aunque veremos que dicen ustedes!







Sasuke suspiró y se cobijó junto a su bebé y Naruto.

Odiaba el hospital tanto como le gustaba, que fuera un punto neutro para ambos. Fue rodeado por su pareja, de su calor en una cama angosta. El suave sonido de la respiración y la suavidad de Menma a su lado.

Terminaron por enviarlo al mundo de los sueños. Por fin pudo dormir sin preocuparse de nada.

Estuvo durmiendo mucho tiempo, o quizás nada, pero al despertar el alfa ya no estaba.

"Bien, apenas su... esposo, firme sus papeles del alta, usted podrá retirarse". La voz del doctor le hace alzar la mirada.

¿A qué se debía esa pausa? Era su esposo, estuviera enojado o no, seguía siéndolo en su ficha médica. Este hombre le parecía familiar, oh, ya recordaba.

Era un doctor joven, rubio, no como Naruto, más bien un color apagado, ligeramente largo, sus ojos negros le miran con una cosa en ellos que le retuerce las entrañas.

Incómodo, colocó a Menma entre su pecho y el doctor, enseñándole a su pequeño retoño, le recordó la acción de cierto animal.

El doctor curvó la boca con una sonrisita, sus ojos brillaron con una cosa que le dio escalofríos, lo que hizo que frunciera el ceño.

"Puedes llamarse C". Dijo risueño. "Aunque ese es un apodo que solo usan mis amigos".

¿Qué pasaba con eso? Se preguntó asqueado. ¿Cuántas veces había visto a este hombre? ¿Dos, tres? ¿Y ya creía que eran amigos?

"No hace falta, trataré de no venir seguido al hospital". Él pareció encontrar graciosísimo su comentario.

"Y yo espero eso, pero, soy un médico de emergencia, y no sabes cuándo puedes tener una, así que... me gustaría hacerme amigo de mi paciente favorito".

Abriendo los ojos, no supo qué decir, se quedó ahí pasmado. Asombrado por la estupidez de ese imbécil en bata blanca.

¿Acaso no veía al niño en sus brazos? ¿El anillo en su dedo? ¿La mordida en su cuello?

"Nos vamos". La voz de Naruto los sobresalta, rompiendo la incómoda tensión que se había formado.

El alfa le dio una mirada vaga al doctor, si supiera que hace solo unos segundos estaba coqueteando, el muy cerdo poco profesional.

El omega, suspiro de alivio, dejando que el aire escapara pesadamente. ¿Qué demonios acaba de pasar?

Con cuidado Naruto lo condujo en esa maldita silla de ruedas que comenzaba a odiar. El único feliz era su hijo que se fue sobre pecho y le babeo la ropa durante todo el viaje.

El regreso a casa fue silencioso, se sintió aturdido por los medicamentos, pero se obligó a estar despierto, tenía que cuidar de Menma que se agitaba suavemente en sus brazos, atraído por el sonido de la ciudad.

Tan activo para sus... ¿Cuatro días de nacido?

"No puedo darte pecho, bambú". Murmuró, sintiéndose vagamente culpable de no poder darle de comer. No hasta la noche, su sistema debía eliminar lo que sea que usaron para calmarlo.

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