Capítulo catorce parte dos: El otro yo

1.8K 126 184
                                    

NOTA: ¡Hola feliz Navidad! (atrasada creo) me alegro mucho de finalmente poder actualizar.

Espero que la espera valga la pena, que disfruten leyendo y que me digan que les pareció. 

Además, lamento mucho mi demora para actualizar, debo admitir que fue un capítulo difícil de escribir.

Bueno para no alargar la espera, espero les guste y perdonen si hay errores. 

¡Nos leemos!




Nunca le haría daño

Ama tanto a Sasuke que realmente prefiere ser herido en su lugar.

Sufrir por él es algo a lo que ya tiene costumbre, cada día que pasó después de eso, meses y años.

Todo el tiempo que sufrió su ausencia, no lo culpó, ni resintió el hecho de su cobardía. Ni el dolor que le dejó a su cuerpo o mente.

Lo ama sobre todas esas cosas, porque Sasuke fue ese punto de luz en su vida que lo cambió por completo.

Su mayor alegría fue él, su compañía y sus palabras.

Para Sasuke tal vez no tuvo importancia, fue solamente otro ruidoso niño que lo acompañó en su infancia.

Pero el Uchiha algún día va a saber cómo disfruto de sus peleas, de sus discusiones, de la manera en que terminaban jadeando en el piso después de agotar todas sus fuerzas.

Y luego el silencio llenaba el ambiente y Naruto sentía que podía pasar toda la vida solo estando ahí junto a él, observando de reojo su bonito perfil, conociendo a un Sasuke que nadie ha visto.

Uno juguetón, competitivo, mañoso, impulsivo, llenos de gestos adorables que deja entrever cuando se quita esa máscara de perfección y, sobre todo, a un Sasuke que es frágil debajo de toda esa personalidad orgullosa que posee.

Capaz de soportar una regañina por parte de sus amados padres por quedarse en el parque hasta entrada la noche, porque ambos sabían que no había nadie en casa de Naruto.

Le acompaña incluso cuando se negaba, se quejaba o miraba al chico rubio como si fuera un usuratonkachi. Se quedó a su lado, infinidad de veces y la mirada que tenía en esos momentos dejaban a Naruto demasiado feliz de haberlo conocido.

No era un mocoso huérfano, ni el tonto de la clase, ni el rechazado de los padres por ser tan problemático en su afán de tener atención.

Vio el amor a través de ellos, vio dulzura y comprensión. Entendió que la soledad que sentía no desaparecía mágicamente, sino que la compartía con la persona a su lado y se volvía una carga menos pesada.

Y cuando se fue, Naruto quedó en completa oscuridad nuevamente y fue tan desgarrador que durante años pasó siendo una sombra de lo que era.

Pero esta vez todo sería diferente, se esforzaría, le demostraría que pueden tener un futuro juntos.

Hacerle entender que lo ama antes de siquiera conocer el significado de esas palabras.

Incluso pensando de esa forma, deseando no lastimar de ninguna manera al chico pelinegro que le mira con los ojos llorosos llenos de miedo.

No logra detenerse, su cuerpo no responde y por más que intenta retener esos inmundos deseos que comienzan a llenar su mente donde solo puede imaginarse anudando al omega para lograr embarazarlo.

Sasuke solloza e intenta huir, el alfa debería enojarse por el rechazo, sin embargo, lo ama tanto que toma su acción como si el omega estuviera provocándolo.

Como si un gran predador jugara con su comida.

Aprieta su nuca, rodeando con sus dedos el elegante cuello para aplastar su rostro contra la cama, lo obliga a alzar ese trasero regordete que tiene.

KarmaWhere stories live. Discover now