Capítulo diecisiete: El dolor de la verdad

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NOTA: ¡Realmente nos estamos acercando al final! con este capítulo siento muchas cosas, espero les guste.

Lamento todos mis errores, me siento muy avergonzada de ellos, si notan alguno, no duden en decirme para corregir.

¡nos leemos en las notas finales!

Seguramente sus amigos se preocuparían, lo dejaron arropado en cama creyendo que dormía, no había logrado cerrar los ojos y descansar, ni un solo día, incluso si tenía fiebre y su cuerpo seguía debilitándose por no poder comer.

No lograba descansar, era imposible hacerlo si al cerrar los ojos solamente pensaba en su propia estupidez, en su cobarde y tonta actitud.

En sus errores, en cómo se había condenado, o peor aún, en él.

Supondría cosas horribles de Sasuke y este se lo merecía. Aun así, el único momento en que encontraba un poco de paz era al recordar las palabras de Naruto antes de que el omega arruinara todo.

Luego ese pensamiento lo dejaba entristecido y enfermo, su estómago no resistía alimento alguno. La fiebre le quitaba el deseo de comer, de moverse incluso de intentar salir de cama.

Sin embargo, el omega no soportaba estar ahí, no cuando sus amigos lo estaban viendo como un niño frágil y lloroso, uno que necesita atención y que es incapaz de superar un poco de dolor.

Es humillante revelar debilidad ante ellos que lo conocieron siendo fuerte e incapaz de mostrar algo más que una orgullosa personalidad. Pero, sobre todo, sabía que Naruto lo buscaría para reclamarle lo que había hecho.

Así que, cobardemente escapó de todos, ocultándose en un lugar donde jamás lo buscarían, la abandonada casa Uchiha.

Esa, donde vivió los mejores años de su vida hasta que la tragedia ocurrió. Bajó la vista y camina lentamente hacia la puerta.

La oscuridad de la casa, el polvo y el olor a moho le inunda las fosas nasales dejándolo atontado. Le duele el estómago y siente náuseas que le dejan un mal sabor en la boca.

Se mueve y sus pies chocan contra escombros o basura. Puede iluminar su camino, no lo hace, quiere caminar de esta manera.

Por qué se siente justo como esta casa, en ruinas, destrozado, en completa oscuridad y abandono, recordando mejores momentos y no necesita ocultarlo, ni fingir que no desea llorar.

No hay nadie a su lado para verlo, ni para recriminarlo, no hay ojos que vean o recuerden lo que hizo.

Su pecho se hincha y libera el aire en un agotado suspiro, se apega a la pared de su habitación sin importar si hay suciedad o insectos peligrosos.

Se desliza hasta caer en un rincón, sentado observa la ventana que deja entrar un poco de luz, en este lugar fue donde todo salió mal, aquí nació.

Sí solo no hubiese nacido, no habría arruinado la vida de Naruto o la suya...

"Sasuke solo es niño asustado"

"Mi omega no tiene la culpa"

"No me arrepiento de amarte"

"Deja que yo me quede a tu lado"

"Deseo sobre todas las cosas..."

"Que Sasuke sea feliz". Murmura tímidamente.

Sus palabras parecen borrar de inmediato sus pensamientos negativos. Lo dejan sumergido en un mar profundo de tranquilidad, quitan esos miedos crecientes que salen a flote cada vez que pueden.

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