Capítulo Dos: No puedo sentirme tranquilo

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El hombre rubio lo mira unos instantes sin expresión.

La verdad es que no sabe qué puede estar pasando por su cabeza, pero no cree que sea nada bueno.

—Shikamaru —llamó a alguien—. Guía a nuestro invitado a la sala de espera, dará la entrevista como cualquier otro.

La voz de Naruto lo estremece debido a los nervios. ¿Siempre fue así de atractiva? Las notas chillonas y juveniles que había conocido ahora daban paso a un tono masculino profundo.

Era sensual la seriedad en su voz.

Dejó de respirar unos breves segundos cuando la mirada azul chocó con la suya.

La vergüenza de lo que hizo le obligó a doblar el rostro. ¿Cómo podría mirarlo a la cara?

Los sonidos de los golpes y los gruñidos resonaban en sus oídos mientras se alejaba.

No pienses en eso, se dijo, no recuerdes nada. En su voz, sus lágrimas, el terror de su rostro.

Se mordió fuertemente el labio inferior y reprimió lo más que pudo sus feromonas, sin lograrlo, seguramente estaban liberándose sin control al reconocer a su antiguo alfa.

Han pasado años, pero su cuerpo sigue sin olvidar. Por más que su cabeza intente borrar los estragos de su crimen, su cuerpo se niega a obedecer.

Por eso odia ser omega, incluso cuando sufre tanto, a esa asquerosa parte suya, solo le importa reaccionar como un animal en celo.

Obligándose por medio del dolor a concentrarse, se dio cuenta de que subió al ascensor junto a Shikamaru.

—Uchiha, sé que no es mi problema, pero si estás con las feromonas tan activas, te pondrás en peligro y a los que te rodean.

Sasuke dirigió su mirada negra hasta el rostro serio y cansado de Shikamaru, perezoso Nara.

Fueron compañeros en la universidad, habían estudiado lo mismo, por eso, el puesto de administrador que tanto deseaba era en realidad el trabajo de ese hombre.

¿Por qué Naruto estaba buscando un reemplazo de su mano derecha?

—Los débiles alfas no acostumbran a sentirse atraídos a mis feromonas —respondió de forma brusca.

Y era verdad, ellos decían que su olor era tan fuerte como desagradable.

Que olía tan feo que era mejor usar un perfume especial que oculte sus feromonas.

Que con su rostro bastaba.

A esas personas les respondía que ellos tendrían que volver a nacer para ser suficientes.

El hombre que lo acompañaba dejó escapar un suspiro cansado. Era difícil respirar en un ambiente tan cerrado, lo sabía, incluso para un alfa que ya tenía pareja.

No porque lo deseara sexualmente, sino porque estaba asfixiando el ambiente con su aroma.

La verdad es que no podía controlar sus feromonas, pero no podía decir eso. Sería mostrar debilidad.

Cómo omega dominante que era, si expulsaba feromonas y el alfa era débil, pasaría exactamente lo mismo que con los guardias. Era más fuerte que ellos, pero seguían tratándolo como algo inferior cuando no lo era.

Aunque lo soy para Naruto, él me hace sentir inferior, la culpa y la vergüenza me obligan a bajar la cabeza.

Maldijo mentalmente al darse cuenta de que nuevamente dirigía sus pensamientos a ese alfa. Seguía atrapado en su pasado, en ese momento de su vida.

KarmaWhere stories live. Discover now