EXTRA

142 7 4
                                    

Jasmine

—Entonces lo que me estás diciendo es que, jamás sabré como Alana consiguió ese perro — murmuró hacia Aubrey que sonríe negando, mientras vemos a nuestra hija compartir con sus primos en el salón de juegos

El perro la acompaña siempre, Alana no lo deja en ningún momento del día, ni siquiera cuando se duerme que es el momento que más lo protege, sacudo la cabeza con una mueca

»—Eres malo — digo como niña pequeña a lo que el se ríe

—Ya superalo niña malcriada — murmura con burla, y se que cambiará el tema, como cada vez que le pregunto por él — ahora que papá termine su recuperación, debemos decidir si quedarnos en Holanda o volver a España

Hago una mueca, dando media vuelta para caminar a su lado después de darle un último vistazo a Alana

—¿Papá? — pregunto y el asiente encogiéndose de hombros, se le hizo más fácil de lo que parecía llamarlos de ese modo, pero me gusta que lo haga, le da el lado humano que tanto me gusta de el, aunque siga prefiriendo al dios de la oscuridad — me gusta Holanda

El asiente

»—Además también están aquí Jenkin y Cohen — sonrió recordando la forma en que ambos están ahora, sufriendo, vulnerables

—La recuperación de Aedus... Papá está terminando, así que entonces es tiempo de buscar alguna casa si es tu decisión final — murmura tomando otro camino, que nos lleva a un jardín inmenso que tiene el patio trasero de la casa Hoffman

Allí está Nathaly, mirando un árbol gigante que aporta sombra al sol que sale, aunque no es mucho ya que aún seguimos en invierno

—Tienes que preguntarle a Alana — murmuró distraída viendo a mi suegra, Aubrey también la mira — ire a ver a Penny... Tú deberías... — mis palabras quedan a medias cuando la señora Hoffman se voltea y nos sorprende mirándola

—Jasmine... — murmura ni nombre con una sonrisa maternal que me remueve el pecho, nadie me ha mirado así — Aubrey — ladea la cabeza — ¿Esta todo bien?

Asentimos, dejando que ella aumente la sonrisa

—Yo iba a ver a Penny, por si quieren... — ella levanta la mano, para impedir que continúe hablando

—No, iba a buscarte de hecho, ¿Podemos hablar? — pregunta mirándome a los ojos, sus perlas naranja que parece siempre supieran lo que estoy pensando, Aubrey se despide dejando un beso en mi sien y yo me terminó de acercar a ella

Me indica un asiento debajo del árbol y me puse con la mirada que me siente, se acomoda a mi lado y me sigue viendo con una sonrisa y no se si sentirme nerviosa porque no se qué tendría que hablar conmigo

En todo caso, tendría que hacerlo con su hijo no conmigo

»—No te asustes, no es nada malo — murmura con una mueca de burla en sus labios

—Es que no entiendo que querría hablar conmigo — susurro nerviosa

—No tienes un anillo de matrimonio, ni siquiera de compromiso — mira mi mano y observo el mismo lugar, tengo dos anillos en ellas, que son argollas que fueron obsequios de Cohen y que jamás me quite sin saber porque, tal vez solo me gustaban

Observo de más mi dedo anular donde debería estar la sortija que ella menciona y hago una mueca, Aubrey es mi marido, me convertí en su mujer, le di una hija, y nos unieron bajo la leyes de la mafia pero jamás nos casamos, ni siquiera sé cómo debería ser una boda fuera de ese estrictos de reglas de la mafia, así que no se qué contestar a lo que mi suegra menciona

»—Según me dijiste el día que llegaste matando gente a mi puerta y salvándome de un disparo, eres la mujer de mi hijo, lo que a mí concierne un matrimonio...

—En la mafia que estuvimos todo funciona diferente — explicó — habían líderes, Jenkin, Cohen, Caine — arrugó la nariz — cuando alguno de ellos querían alguna mujer, alguien que le diera "hijos" solo lo anunciaban a la mujer que querían, se hacían unas pruebas desagradables y cuando estás eran pasadas se terminaba en un pacto de sangre que daba por comienzo la unión entre ambas personas

»—Aubrey me escogió, hicimos un pacto de sangre, donde se sello nuestra unión, es mi marido, yo soy su mujer, así funciona, así que por eso no traigo anillos que consoliden nuestra unión — me encojo de hombros

Ella hace una mueca

—Eso es una mierda — murmura y yo sonrió asintiendo — pero cambiará, si tú quieres que cambie — susurra, subiendo una ceja con picardía, yo en cambio arrugó las mías — ¿Quieres estar legalmente casada con Aubrey Hoffman? — sonríe esperando mi respuesta, sin querer decirle que no, asiento una sola vez

»—Perfecto, déjame a mi los detalles — se levanta y me da un rápido abrazo entrando a la casa, miro su espalda confundida, hasta que se devuelve ? — ciertamente necesitas esto — se quita su anillo, y me lo coloca en el dedo, es un anillo precioso, con un corazón que termina en un h muy fina, en oro blanco que me hace sacudir la cabeza

—No, no puedo aceptarlo... — intento quitarlo pero ella no me lo permite

—Aedus me lo dio, estuvo conmigo desde antes de casarnos y nos no ha ido tan mal como esposos — se ríe — y me encantaría que tú lo tuvieras — señala con nostalgia — me diste una preciosa nieta que me dice rosa bonita, y q mi esposo señor gruñón, no pido más nada y siento que este anillo debe estar contigo, y que conmigo ya cumplió su plazo

Trago en seco, viendo de nuevo el anillo, siento que no puedo aceptarlo pero ella tampoco me da opción de rechazarlo así que asiento una vez, ella me abraza y mis lágrimas por fin caen libremente por mi rostro

»—Perfecto, ahora a planear una boda — se ríe, limpiando mis lágrimas al separarse — amo las bodas, creo que ya es la edad

Suelto una pequeña risa, viéndola ingresar de nuevo, bajo de nuevo la vista al anillo y suspiro, siento la presencia de alguien a mi lado, se que no ya pasado mucho tiempo que la señora Nathaly me dejó sola, así que supongo que Aubrey estaba esperando que terminaramos de hablar

—¿Que sucede? — pregunta y levanto la mano donde ahora adorna el anillo de compromiso que pertenecía a su madre

—Al parecer nos vamos a casar — sonrió haciendo que el arrugue el ceño, toma mi mano, viendo el anillo y luego sacude la cabeza

—Eres mi mujer, creo que no necesitamos esa mierda — yo me río sacudiendo la cabeza

—No, no lo necesitamos pero lo quiero, quiero ser tu esposa legalmente — hago un puchero, metiendo la cabeza en su cuello y aspirando su aroma — ¿Me cumples ese capricho, por favor?

Lo escucho tomar una inhalación profunda, se cual será su respuesta, cuando toma mi mano de nuevo, apoyando la cabeza sobre la mía

—Maldita niña malcriada — amplio la sonrisa cerrando los ojos y disfrutando de este momento, con el anillo que significa mucho para mí, para nosotros y que marca un nuevo futuro para ambos, un camino que hará nuestra vida más fácil y perfecta

Solo nosotros dos siendo, legalmente esposos.

Oscuridad ~ Hoffman #4Where stories live. Discover now