CAPITULO 39

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Jasmine

Solo pasan minutos antes de que Alana caiga dormida, dejo el arma sobre el sofá y me acerco hasta Aubrey para tomar a mi hija entre mis brazos, camino con ella hasta la habitación, la acomodo en su cama doble, quitándole los zapatos y aflojando el vestido, se que hay una cámara aquí y la enlazo a mi teléfono para vigilar la, no la dejo sola nunca, pero creo que hoy es necesario, cierro la puerta con seguro y salgo de nuevo para sentarme en las  piernas de Aubrey

La puerta del salón es abierta de nuevo, y no tengo que ser adivina para ver de quién se trata, siento su maligna presencia, algunas se fueron, otras nos rondan como serpientes, como leones al acecho, suspiro y entonces acaricio la nuca de Aubrey con mis uñas, el sigue viendo la pantalla del televisor aun cuando lo detesta, y la observaba solo porque Alana se lo pidió, su mano se ancla en mi pierna desnuda la cuál se eriza ante su toque

—Te odio maldita sea — susurro en su oído, su mano apretando mi pierna sin despegar la vista de la pantalla, como una jodida advertencia — dejas que me traten como mierda, y puede joderte la puta existencia pero las voy a matar para que les quede claro que la única que puede decir o hacer todas esas mierdas soy yo y no porque sea la mamá de tu hija

—¿Que mierda quieres demostrar? — gruñe, su voz ronca quebrandose en la última nota al acomodarme mejor en su regazo, me río y observo a mi alrededor

Las perras que no dejan de multiplicarse y que siguen pasando sobre mi aún cuando soy su mujer, la madre de su hija, las perras que me tienen la paciencia al límite

—Sabes que me da bastante igual que te ronden o que quieran pasar sobre mi — lamo mis labios y acaricio su barba sutilmente, también como una forma de amenaza  — ya que solo tengo que tomar a mi hija y largarme...

Su mano va a mi nuca, y me aparta unos centímetros, sus irises llenándose de rabia, hacia lo que acabo de decir aunque aquello no sea una amenaza y el lo sabe, cualquier día tomaré a Alana y me iré

Sin importar lo que él quiera, porque soy su mujer pero no esas mujeres pantalla como el resto de la gente que lo rodea, como Cohen con mi madre o Caine con la última esposa que tuvo, ese nombre tiene que valer, pesar cada maldito segundo, y aunque se lo que siente por mi, no soy estúpida y dejaré que eso me afecte cuando siempre he sido independiente y he luchado por lo mío, porque si no moría a mi suerte

Cohen me obligó a defenderme y pelear por sobrevivir, así que sabe que mis palabras no son una amenaza, y el que yo no haya hecho una masacre es por Alana y el lo sabe

—Tu no te irás de aquí, y mucho menos con mi hija, eres mi mujer, ella mi hija y solo te vas a ir cuando te mueras o yo me muera, así que deja de estar lanzando esas putas amenazas

—Entonces demuestra que soy tu mujer — expreso levantando la voz— demuestra que soy la única por la que mueves el puto infierno, la única que pudo parirte y la única que no vas a matar

Jadeo cuando su boca impacta con la mía, me levanta y escucho los gritos ahogados de las personas a mi alrededor, sonrió sobre sus labios y siento mi espalda chocar contra una superficie de madera

Escucho las cosas caer al suelo y aún así su boca se niega a despegarse de la mía, gimo, y me abro mas de piernas para que suba el vestido ya que sabe que detesto cuando los rompe

Doy un respingo cuando la tanga de encaje golpea mi clítoris al romperla, siento sus dedos trabajar mi intimidad y jadeo fuerte, buscando su boca de nuevo

No baja a probarme, ya que está tan desesperado por introducirse en mi que solo escucho el cierre de su pantalón y su glande golpear mi entrada

Lo masajea de arriba a abajo antes de deslizarse hacia dentro, grito cuando todos sus centímetros se van abriendo paso en mi interior

Entierro las uñas en su espalda y vuelvo a gritar cuando sale unos centímetros y vuelve a entrar, golpea con  fuerza mi intimidad y medio me levanta para bajar los tirantes del vestido, con una paciencia que no tiene y posar la boca sobre mis senos, se estrella cada vez más fuerte, poniéndome a ver a los angeles por su salvajismo

No me refería a esta forma, necesito que demuestre que soy el centro de su mundo, así como hizo cuando me insistió en quedarme, echo la cabeza hacia atrás y abro un ojo solo para ver cómo muchas de los que estaban se han retirado

Lamo mis labios y levanto su cabeza de mis tetas y hacer que vuelva a mi boca, para poder sentir su respiración

—Dame más duro — gruño sobre sus labios hinchados — con mi vibrador siento más

Lo provocó, y me voltea en un ataque de histeria, no sale, me inclina el culo y lo nalguea, me río, aguantando me de la mesa, cuando mi risa es cortada abruptamente por el reinicio de sus embestidas, que me cumplen el capricho de aumentar las fuerza de estas

Pone todo su empeño en haceme correr, en que sienta con cada estocada que soy suya, y lo soy desde el momento que me vio

Marca con su ritmo el recuerdo que le pertenezco, tanto como mis pensamientos, que no importa lo que pase siempre seré de el, no por la forma en que me posee

Si no por todo, lo demás, por la vez que se abrió conmigo al engendrar a Alana, por sacarme del infierno de Cohen, soy suya porque lo decidí y porque no quiero que eso se termine, por eso necesito que lo demuestre, pero mientras eso pasa, aprieto su miembro en mi interior y me dejó  ir por el orgasmo que invade cada minúsculo espacio de mi ser

Lo siento sonreír cuando me toma por el cabello y pega su boca a mi cuello sigue con sus estocadas cada vez más fuertes, con más impetu, dando a probar su punto

—Ya te lo dije, la única forma que te vayas de aquí es que yo me muera, y puedo arrastrarte conmigo al infierno para que no seas de nadie más, maldita niña malcriada

Sonrió cuando siento su polla ensancharse y llenarme como lo hizo cuando quede embarazada, siento su derrame espeso, caliente, y cierro los ojos disfrutando de sus cercanía, espera que las piernas me dejen de temblar para salir de mi y subirse su pantalón

Se voltea y sobre el borde de la mesa se acomoda viendo a las personas que quedaron

—Si mi mujer dice que el cielo es rojo, el puto cielo es rojo — gruñe — si las mata me da igual, saben que son perras de colección que solo sirven para follar con quién yo lo quiera, así que a mí mujer la respetan porque puedo reemplazarlas de la misma forma que puedo hacer que su familia desaparezca, si es que les queda  alguna, ¿Entendieron o se los hago entender a las malas?

Ellas sollozan, empezando a asentir, alcanzo el arma que deje sobre el sofá,  levantandola cuando la persona que espero entra por ella, es igual a Defne, casi parecen gemelas, si no son por los años de diferencia, los ojos negros me ven asustados, y sonrió de lado

Melek sacude la cabeza pero ya es tarde cuando quito el seguro y presionó el gatillo que le borra cualquier gesto en su asquerosa cara turca, no es Defne pero es una de las principales perras que detesto, las demás gritan por la impresión, pero no me importa y cumplí mi objetivo, me levanto de la mesa y termino de acomodar mi vestido, luego de poner el seguro del arma, doy un vistazo de reojo hacia la persona muerta en la entrada y paso por su lado, feliz y más tranquila, camino a la habitación de mi hija escuchando su resoplido a mi espalda

Oscuridad ~ Hoffman #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora