Todo lo que quieras de la era de los Merodeadores. One shots, Imaginas, Preferences, Types...
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La hermana de James siempre me había llamado la atención, era una chica ocupada, y el día que entró a la habitación buscando a su hermano no fue diferente.
Siempre había sentido que era invisible para ella, la había visto intercambiar un par de palabras con Sirius, e incluso con Peter, pero dudaba que siquiera se supiese mi nombre. En cambio yo si sabía el suyo, T/N, uno de los nombres más bonitos que había oído en mi vida, casi tan bonito como ella.
Pero sí que hubo algo que cambió aquel día, no solo que fue la primera vez que me habló, o que desapareció tan rápido como había aparecido, como solía hacer siempre.
Fueron sus ojos, había sido la primera vez que nuestras miradas se cruzaron, y podría jurar que algo de sorpresa surcó sus ojos, algo de sentimiento, por un momento me pareció que estábamos envueltos en una de las historias de amor que yo había leído a lo largo de mi vida.
Pero entonces ella se marchó, la habitación se quedó en completo silencio, no es que antes no lo estuviese, sino que me había sorprendido tanto el momento que ni siquiera podía pensar, me había quedado en blanco.
Tenía esa escena grabada en mi retina, T/N siempre me había parecido atractiva, pero completamente inalcanzable, y aquella tarde había sentido que quizá no era así, que era más humana de lo que creía.
𝒥𝒶𝓂𝑒𝓈 𝒫𝑜𝓉𝓉𝑒𝓇
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¡Maldita sea! El momento en el que se creó la nube de polvo verde, y me di cuenta de que la persona a la que le habíamos tirado el hechizo llevaba falda me di cuenta de nuestro error. Ese no era Quejicus.
—Quejicu.......—dijo Sirius, callándose al darse cuenta de lo que yo también había visto.
—¡Mi pelo!—gritó la chica, que sorprendentemente no parecía enfadada, sino asustada al ver el color verde que había tomado su pelo.
