𝕄𝕒𝕣𝕒𝕦𝕕𝕖𝕣𝕤 𝕤𝕥𝕦𝕗𝕗 (en edición) //PEDIDOS ABIERTOS//

11 ♡ 𝐿𝑒 𝓈𝒶𝓁𝓋𝒶𝓈 𝒹𝑒 𝓊𝓃 𝒸𝒶𝓈𝓉𝒾𝑔𝑜 ♡

𝑅𝑒𝓂𝓊𝓈 𝐿𝓊𝓅𝒾𝓃

— Hagamos una cosa profesora— le dije a Mcgonnagall después de ya unos minutos de negociación.

— Señorita Potter, no puedo dejar que Remus se marche sin cumplir su castigo—respondió serena la profesora, sin cambiar su postura de seriedad, me estaba mirando fijamente a los ojos, a cualquiera le habría achantado, pero yo ya la conocía demasiado.

— Y si le hago de topo en las próximas cuatro "aventuras" de mi hermano y Sirius— respondí colocando los codos sobre la mesa y poniendo mi mejor cara de Póker.

—Diez—respondió ella.

—Cinco.

—Siete.

—Seis.

—Hecho— la profesora no pudo evitarlo y una sonrisa salió de su boca, me puso la mano delante de la cara y yo la tomé dando por sellado nuestro pacto.

𝒥𝒶𝓂𝑒𝓈 𝒫𝑜𝓉𝓉𝑒𝓇

— Profesora Hooch, el profesor Slughorn me ha mandado a por el señorito Potter, que debe ayudarle con un estropicio que ha hecho esta mañana— le dije a la profesora mostrándole un pequeño papel.

— Claro, señorita T/A—la mujer asintió—. ¡James!— llamó la profesora de Quidditch al chico.

James apareció por los vestuarios, sorprendido al verme. No solíamos pasar mucho tiempo juntos en público.

— Señorito Potter, el profesor Slughorn requiere de su presencia, así que tendrá que saltarse el castigo, espero no volver a verle volando por los terrenos de Hogwarts sin autorización— respondió la profesora.

La mujer se despidió de nosotros y desapareció por los vestuarios por los que había venido James.

— ¿Qué he hecho ahora?— preguntó James preocupado por lo que le había dicho la profesora, yo arrugué el papel y lo hice desaparecer con un hechizo.

—¿Tú? Nada— dije encogiéndome de hombros, mientras caminábamos hacia el castillo. Cada vez me importaba menos que alguien pudiese vernos, pero era bastante de noche y no había nadie por los  terrenos de la escuela.

—¿Y porqué lo has hecho?— preguntó el pelinegro desconcertado.

— Te pillaron dando un paseo conmigo en tu escoba, y solo te castigaron a ti, no me parecía justo— dije guiñándole el ojo antes de empezar a andar más rápido que él.

𝒮𝒾𝓇𝒾𝓊𝓈 𝐵𝓁𝒶𝒸𝓀

—Señor Dumbledore, le estoy salvando, en verdad. Imagínese, toda una tarde con Sirius en su despacho, aguantando sus bromas y sus turbias intenciones. En verdad al llevármele le estaría salvando, profesor— le expliqué al director, el cual tenía a Sirius castigado por colocarle un tirapedos muggle en el Gran Comedor.

Albus puso una mueca de miedo, supuse que al imaginarse pasar toda la tarde con Sirius, el cual era capaz de intentar ligarse al profesor por simple aburrimiento.

—De acuerdo señorita, pero solo por esta vez, y que no se entere nadie— yo sonreí al conseguirlo. El director se fue hacia su despachó y yo caminé hacia Sirius, que me estaba esperando en otro pasillo.

—¿Ya está?— preguntó.

Yo asentí, sacando una carta arrugada de mi bolsillo.

—Ya no te debo nada—se la devolví, era una carta de "Libre de la cárcel" del juego muggle del Monopoli, Sirius me la había dado diciéndome que debía usarla para salvarle de algún castigo, y era lo que acababa de hacer.

𝑅𝑒𝑔𝓊𝓁𝓊𝓈 𝐵𝓁𝒶𝒸𝓀

Tiene mucho cuidado para no meterse en castigos ni líos en la escuela, porque sabe que si lo hace notificarán a sus padres y tendrá problemas mayores. Además con su poder de prefecto tiene bastantes libertades y formas de librarse de cualquier posible problema.