Capítulo 18🌟

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Peter Pan había escuchado alguna vez durante sus visitas al campamento indio que, cuando alguien estaba a punto de morir; su vida pasaba rápidamente por sus ojos como si fuera un recuento de todas las experiencias vividas y que; cuando este llegaba al final, se podía apreciar lo que su espíritu más había anhelado encontrar durante su actual vida y lo que este de igual manera, anhelaba encontrar para su próxima vida.

Por el momento, Peter Pan no había presenciado ante sus ojos cómo toda su vida pasaba; pero al sentir su cabeza chocar una vez más contra la húmeda madera del poste de la gran vela del barco pirata, pensó en lo que su espíritu (si es que eso existía) quería hacer en su próxima vida.

Y lo que su espíritu quería hacer en su próxima vida, era vivirla.

Vivir la vida completa y a su tiempo, así tal y como lo había hecho su querida Wendy. Así tal y como le había enseñado e insistido Moira.

Mientras veía como el garfio del Capitán se aproximaba lentamente hacia su persona, Peter Pan cerró los ojos y pensó en todas las posibilidades de vida que podría tener en su próximo encuentro con ella.

Nacer, ser un niño feliz , escuchar a tus padres discutir sobre tu futuro y no querer crecer....

Sin embargo, la siguiente vez no escaparía de ello y simplemente maduraría. Sería un hombre, tendría responsabilidades que cumplir, un trabajo digno y conocería el amor...Tendría una esposa, tendría hijos, y al final del cuento; cuando estuviera tan débil y lleno de marcas sobre una sábana blanca, dialogaría consigo mismo y tanto él como su conciencia acordarían qué es lo que volverían a hacer para su próxima vida.

Contuvo el aliento cuando al abrir los ojos se encontró con el afilado garfio de metal muy cerca de ellos, casi rozando su pequeña y puntiaguda nariz. No obstante, algo había sido el causante que no se llevara a cabo tal fatídico impacto.

Una luz amarilla y cegadora se plantó frente a los ojos del capitán quien retrocedió aturdido ante aquel deslumbrante resplandor. Peter Pan logró incorporarse rápidamente al darse cuenta de que ningún pirata lo estaba sosteniendo, pues todos estaban persiguiendo al hadilla quien les sonreía con insolencia, sintiéndose orgullosa de su gran hazaña.

Fue entonces cuando Peter Pan encontró la oportunidad perfecta para incorporarse y correr  de manera rápida hacia donde se encontraba su espada.

En ese momento él lo supo. Por fin había llegado la hora del tan "final esperado".

Con un fuerte abatimiento de mano, Garfio logró dejar a la diminuta hadilla tendida sobre el suelo, totalmente inconsciente. Sin embargo, eso no le dio el tiempo suficiente para defenderse, pues Peter Pan ya se encontraba frente a él, listo para atacar. James Garfio apenas y alcanzó a agacharse cuando sintió el filo de la espada rozar por su única mano completa.

¿Y qué ocurrió con Peter Pan? (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora