Capítulo 16 🌟

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Varios sentimientos (al igual que miles de preguntas) se fueron mezclando dentro del pequeño cuerpo de la muchacha cuando esta conectó su mirada con la del pelirrubio

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Varios sentimientos (al igual que miles de preguntas) se fueron mezclando dentro del pequeño cuerpo de la muchacha cuando esta conectó su mirada con la del pelirrubio.

¿Por qué él no estaba junto a Wendy? ¿Por qué la estaba ayudando? ¿Cómo supo que ella estaba ahí?

Sin embargo, optó por no decir nada.

Peter Pan tampoco lo hizo, solo se limitó a indicarle con la mirada que avanzara hacia su derecha mientras colocaba el dedo índice encima de sus finos labios pidiéndole que guardara silencio.

Los dos chicos avanzaron lentamente, intentando no llamar la atención. Siguiendo el plan inicial de la castaña, ambos intentarían arrastrar cualquiera de los botes amarrados en la cubierta hacia el borde de esta para poder escapar.

Pero, ¿Qué pasaría cuando lograran huir de las garras del Capitán Garfio? ¿Qué se supone que tendría que pasar después entre ambos?

Moira pudo notar que la respiración de su acompañante, a diferencia de la suya, llevaba un ritmo tranquilo y el sonido de su exhalación parecía casi invisible, perdiéndose en el ambiente. Nada comparado con su respiración, pues Moira sentía que la suya mantenía una disputa entre cuándo debía acelerarse y cuándo debía entrecortarse.

De pronto, un sonido a lo lejos interrumpió sus pensamientos. Se trataba de unos pasos. Unos pasos firmes y decididos que parecían acercarse cada vez más a donde ambos muchachos se encontraba ocultos.

Moira ahogó un grito al escucharlos. Peter Pan tapó rápidamente la boca de la castaña con la palma de su mano para que la menor no emitiera algún sonido que pudiera llamar la atención del inesperado acompañante, pues quién se encontraba caminando por la cubierta era nadie más y nadie menos que el mismísimo James Garfio. Y nuestro capitán (aunque a veces podía mostrar una personalidad verdaderamente cobarde y un poco canalla) no era ningún idiota, y mucho menos a la hora de tener que cazar a sus enemigos. James Garfio poseía las habilidades perfectas para reconocerles cuál depredador a sus presas.

—El bote.—Susurró el chico apuntando con el dedo índice el bote de madera más cercano a la orilla.—Ve.—Ordenó.

Moira, confundida, negó con la cabeza al darse cuenta de que Peter Pan no tenía intención alguna de subir al bote junto a ella para poder así, poder escapar juntos.

¿De verdad Peter Pan pensaba que ella lo dejaría ahí? ¿A su merced?

Si eso era verdad, definitivamente Peter Pan aún no conocía del todo bien a Moira Darling.

La muchacha abrió la boca dispuesta a reclamar, pero al ver la mirada esmeralda y suplicante del pelirrubio supo que cualquier ademán y pretexto que saliera de esta sería en vano. La menor se rindió y sin más que decir o discutir, se dirigió al bote anteriormente señalado a toda prisa.

¿Y qué ocurrió con Peter Pan? (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora