˜"*°•. ❝ [𝕮𝖆𝖘𝖎 Á𝖓𝖌𝖊𝖑𝖊𝖘 4𝖙_ 𝖒𝖎 𝖛𝖊𝖗𝖘𝖎ó𝖓] ❞•°*"˜

CAPÍTULO 59

Alaí sabe la verdad 1/2

Estaban nerviosas, Alaí temblaba aún sabiendo que no les harían daño, pero no saber que está pasando le carcomía la cabeza.

Nina estaba igual o peor que Alaí, hace solo un momento estaba viendo una película romántica y ahora escapaban de algo que no tiene ni idea

Toda esta situación las asustaba. Tina no decía nada, apenas y le dijo que irían primero a la casa de Mariana, dicho sea de paso, no lo conocen

Poco y nada sabian de su tía, apenas sobre los viajes en el tiempo que fue explicado por Mar, la petiza y líder de la resistencia, y luego ya nada, ni siquiera de quién es su tío.

—Tina, ¡Por favor te pido! ¡Decinos lo que pasa!— rogó Nina a la vieja que conducía a una gran velocidad.

— ¡Rrrrrenacuajas del desaguadero!  ¡Ya lo sabrán, he dicho!— acotó Tina, seriamente.

Ambas hermanas no tuvieron otra que guardar silencio.

El viaje les pareció enterno, no sabían cómo su tía podía estar en cualquier lugar en un instante, siendo que su casa era muy lejos.

—¿Vos cómo crees que sea?— preguntó Alaí a Nina — la casa, digo.

— No lo sé — se encogió de hombros — siendo la tía perfeccionista que conozco, seguramente es enorme.

— Pero es petiza...— argumento Alaí — digo, ¿Por qué tener una casa que no está a tu medida? ¿Te imaginas querer algo y no poder alcanzarlo? ¡Que horror!

— No seas maleducada, Alaí. Sabes que a Mariana no le gusta que la llamen así, te castigaría si te escuchara — le advirtió. Alaí solo rodó los ojos.

Ambas posaron su mirada al frente, percatándose de un enorme portón eléctrico abriéndose paso para que ellos ingresarán.

—Eso es ...— susurró Alaí, sorprendida por la enorme mansión que apreciaba.

— La casa de la tía Mariana — completó Nina, igual de sorprendida que su hermana

—¡Wow!— expresaron al unísono.

— ¡Vamos! ¡Marrrch! ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Cuatro!— conteaba de forma militar, Tina —¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Cuatro!...

Fueron guiadas hasta la puerta principal, donde tina se registró y dijo varias palabras intendibles para las chicas. La misma o más, fueron la sorpresa que se llevaron.

— ¡Que elegancia la de Francia!— comentó Alaí, subiendo las escaleras junto con Tina y Nina

— ¿Adónde nos dirigimos, Tina?— preguntó curiosa, Nina

— ¡Adónde están la señorita Mora y su amiga!— respondió con el tono un tanto alegre— en la habitación.

No tardaron en llegar a la habitación que tenía la luz apagada. Divisando al fondo dos camas individuales que eran ocupadas por las niñas que roncaban como no hubiera un mañana

Pero eso no se pudo escuchar por mucho tiempo, cuando tina las despertó a su manera, esos métodos crueles, inhumanos e imperdonables.

— ¡ARRIBA!— gritó fuertemente, acompañando el grito con una bocina de mano que lo traía entre el escote.

Las niñas saltaron en grito, callendo de la cama y dándose un golpe sonoro en el piso. Las chicas también gritaron y se taparon el oído

—¡Aaaaaaaa!— asustadas, ambas niñas despertaron— ¿¡QUE TE PASA, HUECA!?— enojadas, le gritaron a Tina que se mantenía seria, como si nada hubiera pasado.