˜"*°•. ❝ [𝕮𝖆𝖘𝖎 Á𝖓𝖌𝖊𝖑𝖊𝖘 4𝖙_ 𝖒𝖎 𝖛𝖊𝖗𝖘𝖎ó𝖓] ❞•°*"˜

CAPÍTULO 35

Ambos se encontraban en una pelea en miradas, una de rabia y otro de diversión. Cada vez hacia más frío en aquel lugar, el niño empezaba a incomodarte,pues sentía la tensión en el aire. Mariana no despegaba la vista de su contrincante, pero tampoco desatendía al bebé; con movimientos calculados y cuidadosos, buscó en el bolsón el biberón. Lo agarró y se lo dió de tomar al bebé.

— ¿Quien eres?— preguntó, tratando de esconder en su voz cuánto le afectaba ver al hombre.

— Soy Bauer, Nicolás Bauer, pero me llaman romeo— bromeó, al contrario de cualquier otro, el no estaba sonriendo, si no estaba serio.

— Me lo imaginé— respondió fría— Siempre vestido como Indiana Jones— comparó— ¿Que es lo que quiere?

Suspiró— Quiero al niño, ahora—

—Imposible— respondió inmediatamente— ¿Algo más?— preguntó ahora con una sonrisa burlona en su rostro.

—Quiero al niño— repitió— no hagas que pinche la rueda del auto, es muy lujoso para estar varado.

— Lárgate, estoy ocupada y no pienso perder un minuto más— respondió entre dientes. Le molestaba que el hombre se dirija a ella con tanta simplicidad.

— A ver, déjame pensar.... No, no quiero— y de un rápido movimiento, abrió la puerta del auto, ingresando de prepo.

—¿Pero que mierda hace?— buscó en su bolso su arma, pero no lo halló.

—¿Buscabas esto?— preguntó Nico, levantando en la mano el arma— Es muy detallado, de gran porte y clase, sinceramente es muy bello, pero también es muy peligroso. Mira, a vos se te parece— Mariana le dedicó una mirada severa— muy hermosa, pero peligrosa...

— Me alegra que lo distinga, de lo contrario tendría que demostrárselo y créame que no le habrá gustado— contestó.

— Ay Mar, Mar, Mar ¿Que pasó?— preguntó, Mariana lo miró espectante, la razón era que nadie más sabía de su nombre— A tan solo unos años eras una buena mina, una buena mamá, una buena amiga, una buena hija, y ahora ¿Que pasó?

— Cállese, no lo quiero escuchar, bájate de mi auto ahora— ordenó.

— No logró entender por qué haces daño a las personas que te aman y que amas.

Eso le dolió, borró rápidamente su sonrisa, ella misma decía que toda aquella persona que ella amase siempre sufrían y ahora con escuchar esas palabras del hombre, la hirió.

— Deje de decir estupideces y salga de mi auto— volvió a decir.

— No antes de llevarme al niño— respondió— una pregunta. ¿Que hiciste con Jazmín y Tacho? Se que vos lo sabés muy bien adónde están. Vos misma lo llevaste a ese lugar.

Ahora sí que sonrió. Le encantaba que le pregunten por personas a las que ella no quiere, o eso es lo que piensa.

— ¿Por qué no pregunta por otra persona? Por ejemplo, su hijo ¿Dónde está?—  sonrió burlona— tal parece que no se preocupa por Cristóbal, ¿Cómo será su estancia en las profundidades de la prisión?

—No me preocupo, ¿Sabes porqué? Por qué se que vos no lo lastimarías.

—¿Y como están tan seguro de eso?— preguntó sin borrar su sonrisa.

— Por qué lo quieres, y no puedes ni siquiera amenazarlo.

—¡Ja!— soltó una risa sonora— no lo puedo creer— decía entre risas— Vos mismo me lo acabas de decir que yo hago daño a las personas que me aman y me sales con esta pavada—