˜"*°•. ❝ [𝕮𝖆𝖘𝖎 Á𝖓𝖌𝖊𝖑𝖊𝖘 4𝖙_ 𝖒𝖎 𝖛𝖊𝖗𝖘𝖎ó𝖓] ❞•°*"˜

CAPÍTULO 49

Un mareo impresionante, un dolor de cabeza fatal y la sensación de hormigueo recorriendo todo su cuerpo la hacía flaquear. Cómo pudo, se desabrochó el cinturón de seguridad que la sostenía, y con un sobre esfuerzo enorme, empujó la puerta del auto y salió.

Todo a su alrededor giraba, se veía borroso, con pasos tambaleantes se acercó a algo con forma de auto, no podía distinguir nada bien debido al mareo, más por el humo que éste desprendía.

No se acordaba de lo que había pasado, o como había parado en ese lugar si tan solo un momento estuvo peleando con cuatro gorilas que la querían dañar.

-¡Por dios! ¡Qué dolor de cabeza tengo!- se quejó ella. Poco a poco su vista fue adecuándose a la espesura del humo-¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?- y con cuidado se dirigió a él, notando que el auto poco apoco empezaba a encenderse-¡La bucanera de tu hermana! ¡Pero que perno!- trató de despertarlo, sacudiendo su hombro- se parece a...no, imposible, de seguro estoy colucinando, ¡Si! Es eso- y con sumo cuidado desabrochó el cinturón de seguridad que lo sujetaba, percatándose casi tarde de la herida- ¡Oh por dios! - expresó sorprendida. Sabía que en esa situación no tenía que moverlo ya que su situación empeoraría, pero dada a lo que ocurría se vio obligada a tomar cartas en el asunto. Se fijó en la chapa que perforaba el vientre del hombre, y con cuidado empezó a retirarlo- Espero y no te desangres en frente mío, perno- le dijo. Viendo que la sangre empezaba a salir demasiado, se quitó lo que ella tenía puesto, viendo que traía una chaqueta negra y debajo de éste una remera, por lo que solo se quedó con la prenda de arriba - que conveniente, justo blanco- habló con referencia a la remera que traía. Acercó la tela a la herida del hombre y lo presionó para evitar el desangrado - siento que voy a vomitar - dijo sintiendo como todo lo que había consumido raspaba su garganta dejándola con ácidez.

Llevanto la mirada hacia el auto y vio que este se estaba incendiando muy a prisa - ¡No no no! ¡¿Por qué yo!? - dijo con desespero- perdóname guapo, pero, o te saco de acá o te morís de una quemado- le dijo.

Tal vez no era la forma, pero era la única opción.

Él pesaba demasiado para ella, por lo que no tuvo opción más que arrastrarlo por el suelo hasta un lugar alejado del peligro - ¿¡pero que comés!? ¿¡Piedra!? - se quejó. Y suspiró cansada al soltarlo y dejarlo caer en el suelo -¡UPS! Lo siento - se disculpó. Miró a su alrededor fijándose del lugar, era la menos transitada, las ciudades que ella recordaba no se encontraban a simple vista. - Tal vez encuentra algo en...¿Mi auto?- y con eso en mente, se jugó para regresar al auto, que estaba por explotar. Su corazón latía desembocado a causa del nervio, pero tenía que hacerlo. Cuando llegó, empezó a rebuscar entre las cosas, encontrándose con un bolsón de mano, ropa de cambio, plata, documentos, entre otros, pero lo que más la sorprendió fue encontrar una pistola -¿Q-qué hago yo con un arma?- preguntó temerosa, de igual modo lo agarró junto a los otros y a tan solo varios pasos un poco retirado, una fuerte explosión la golpeó, tirándola al suelo y dejándola con pitido bastante molesto retumbando en su oído-¡Ah, carajo!- maldijo por lo bajo, mientras trataba de pararse y de alguna manera parar la molestia en su oído.

-M-mar..- balbuceó el hombre. Ella lo miró sorprendida. ¿Aún seguía con vida?- Mar, mi amor.

- A la pelotita- expresó sorprendida.

- Mar, mi amor. ¿Qué te hicieron?- decía él, aún con los ojos cerrados. Ella se acercó a él y sin aviso, una lágrima desendio de su mejilla. Se arrodilló a su lado, a la altura de su cabeza para poder hablar con él

- ¿Qué...?- ¿Decís? Quizo saber, sin embargo no completó. Su corazón latía a mil, y la sensación de angustia y temor la arropaba.

- Mar...- poco a poco, éste empezó a abrir los ojos, fijando su débil mirada en ella -¿Por qué?- eso la confundió¿Qué fue lo que pasó? ¿Que es lo que hizo ella? ¿Por qué el hombre se parece tanto a Thiago, pero con poco más de edad? ¿Dónde estaba ella?