˜"*°•. ❝ [𝕮𝖆𝖘𝖎 Á𝖓𝖌𝖊𝖑𝖊𝖘 4𝖙_ 𝖒𝖎 𝖛𝖊𝖗𝖘𝖎ó𝖓] ❞•°*"˜

CAPÍTULO 44

❝ [La Verdad III ] ❞

Año (¿?) incierto...

Los colores variados, la calidez del lugar, un lugar al que pareciera correr el tiempo hacia atrás a una gran velocidad

Ha estado retrocediendo muchos años, con la clara intención de saber sobre ella, sobre aquella niña de nombre Rose Arrechavaleta  Gutiérrez.

Se sentía cansada, apenas y podía mantenerse despierta, el viaje al pasado la estaba consumiendo considerablemente, pero no se rendiría.

Aquella niña que a tan  solo 4 años de edad, la había dejado en el pasado.

Año 1993_ Argentina.

Había querido llegar al año 1992, pero por alguna cuestión no pudo llegar allí, se dijo tal vez, que por que ella ya había viajado en ese tiempo, no podía volver. No le tomó importancia.

El aire frío y la llovizna en la calle, golpeaba su rostro, una forma de la naturaleza en avisar que pronto sería invierno.

Levantó el rostro al cielo, dejando que la llovizna la tocara, de alguna manera sentía paz.

Luego, centrándose en un lugar específico, empezó su andar hasta llegar a la entrada de aquella antigua capilla. Cuando llegó, dió tres golpecillo con los nudillos a la puerta, espero un rato hasta que al fin fue atendida.

— Disculpe, hermana. Buenos días.— saludó amablemente a la mujer mayor.

— Buenos dias, señorita. Dígame ¿En qué la puedo ayudar?— le preguntó la señora.

— Me dejaría pasar para hablar con el padre. Es de suma importancia — pidió. La religiosa aceptó, abriendo la enorme puerta y dando paso a Mariana— gracias

— Por aquí, sígame por favor — dijo la señora, mostrándole el lugar como si un viaje de excursión se tratase— El padre la recibirá en el despacho— comunicó para luego dejar que ingrese al lugar. Hay pudo ver al padre con una apariencia deteriorada.

— Buenos días — lo saludó una vez que la señora se había retirado.

— Buenos dias señorita. ¿En qué la puedo ayudar? ¿Que la trajo a la morada de nuestro señor?— preguntó de forma cálida.

— Quisiera hablarle, bajo confesión, sobre un pasado tormentoso — dijo Mariana.

— En todo caso, deberíamos de ir al confesionario— respondió. Invitándola a ir, Mariana negó y dijo.

— No es necesario, no se ofenda— el señor volvió a tomar asiento— me siento más cómoda aquí.

— Esta bien. Si es así, por favor repita conmigo. En el nombre del padre, del hijo...— Mariana solo lo observó cómo se persignaba,  ella no planeaba hacerlo y menos después de  lo que ha venido a hacer. El padre no se dió cuenta, por lo que siguió — Dígame ¿Que la atormenta?

— Antes que nada, este es mi cédula, también el acta de defunción de mi hermana y los documentos correspondientes a su matrimonio, quiero que lo lea y así no haya problema— le tendió los papeles para que lea el Padre, mientras continúa hablando— Un año atrás, traje a una niña de 4 casi 5 años a esta capilla. Su nombre es Valeria Gutiérrez Rinaldi— el señor asintió — Es una niña hermosa, un tanto rubia y unos ojazos. La razón, por la que la traje es que, verás. En el mundo hay tanta maldad, hay tanta miseria que, dejarla a su suerte en un orfanato no me agradó.