˜"*°•. ❝ [𝕮𝖆𝖘𝖎 Á𝖓𝖌𝖊𝖑𝖊𝖘 4𝖙_ 𝖒𝖎 𝖛𝖊𝖗𝖘𝖎ó𝖓] ❞•°*"˜

CAPÍTULO 52

Todos estaban espectantes, sorprendidos y algo confundidos. Ver una parodia era una cosa, que sea de blanco y negro, otra cosa, pero que el guión se asemeje a sus vidas era muy distinta.

La pobre de René se encontraba al borde del colapso, no lograba entender cómo es que ella, CI 184, no podía acceder al sistema de comunicación he impedir la transmisión de esa película o lo que sea que se esté viendo. Era iracundo lo que sucedía.

Mientras que en el borde del muro, se encontraban Tefi, Hope y Valeria pintando la enorme pared.

- bólida, ¿segura que así es afuera? - preguntó Hope - digo, es bastante elaborada la imagen

- A ver Hope, la intención es engañarlos a ellos, haciéndoles creer que hechamos el muro. Obviamente tiene que ser bastante elaborada- le informó Vale

- Si, la ex-Tumbera tiene razón, gordi. La imagen debe ser una obra maestra - agregó Tef, sin dejar de lado el pintado.

- Una ilusión - susurró Hope, para luego seguir con la pintura.

Pero afuera, era otra situación. Tres furgonetas de color blanco, cargadas de víveres y suministros médicos atravesaban sin problemas el extenso bosque sin ser detenidos por los llamados "guardias civiles". Comandados por sus respectivos líderes.

Mientras que en el bosque, específicamente en el lugar donde se refugian los nombrados "salvajes" la morocha mandaba las coordenadas a los respectivos líderes, para que lleguen los más pronto posible al lugar.

- ¡AHG!- soltó un alarido grito, la mujer recostada en la cama- ¡No aguanto!

-¡Mi amor por favor! ¡Ya casi llega el médico con lo necesario! ¡Solo un poco más!- la motivaba su marido.

- ¡No puedo, Javier! ¡Ya está por nacer! ¡Ahg!- agarró con fuerza la mano del hombre, apretándolo mientras más lágrimas rodaban por su mejilla- ¡Si no empujó ahora, nuestro bebé morirá!

- ¡Aguanta! ¡Aguanta!- pidió, besó su frente y se soltó de ella, para ir a ver si ya llegaban los demás - ¿¡Ya llegarán!?- preguntó nervioso y ansioso a la morocha.

Ésta se volteó a mirarlo, para luego sonreírle a medias- Están un poco retirados, pero no te preocupes llegarán a tiempo.

-¡No hay tiempo!- la morocha lo miró desconcertada - Mi mujer dice que no queda más tiempo.

- ¿Desde que hora empezó todo?- preguntó nerviosa, emprendiendo marcha hacia la casa de la pareja

- Desde la mañana, ya lleva 8 horas- respondió siguiendo la

-¿Desde las nueve?- el hombre asintió. - vaya...ehm...

-¡¡JAVIER!!- gritó llamándolo. El hombre brincó desde su lugar.

- Vamos- ordenó Mar, adentrándose a la habitación; allí encontrándose con la mujer sudando frío y temblando. El hombre se alteró.

-¡Tiene fiebre!- susurró de forma ahogada