Capítulo 22

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La relación entre Lucas y Ariel se mantenía sin cambios, lo que le hacía respirar aliviada, creyendo que su amigo pudiera estar incómodo después de que le confesara que aún le quería como algo más, pero eran sentimientos que jamás había podido abandonar.

Después de un par de semanas de seguimiento médico y fisioterapia, Ariel finalmente se despidió de su yeso y recibió su alta médica. Justo a tiempo para el día de campo anual de la empresa, donde cada sección tenía la tarea de organizar un área para disfrutar de ese día.

El equipo de gestión de TecTrain había organizado un día de descanso en un centro vacacional a las afueras de la ciudad, con los dineros que habían recolectado durante todo el año. Se había contratado un autobús que los llevó hasta el lugar, y allí se les ofreció la oportunidad de disfrutar de las instalaciones, además de pensión completa durante todo el día y bebidas ilimitadas después de las 5 de la tarde. Finalmente, todos regresarían al punto de partida después de las 8 de la noche.

El centro vacacional ofrecía una gran variedad de actividades para todos los gustos, y cada uno de los trabajadores de TecTrain tenía libertad para elegir lo que más le agradaba. Algunos prefirieron disfrutar del sol y las piscinas, mientras que otros optaron por caminar por los senderos del hermoso campo. Lucas, junto a varios de sus compañeros, aprovechó la oportunidad de montar a caballo y apreciar el paisaje desde una perspectiva diferente.

Mientras tanto, Ariel y sus compañeras disfrutaron del aire libre montando en bicicleta. Durante su recorrido, se encontraron con Lucas y su grupo en una sección de descanso en medio del bosque. Aprovechando la oportunidad, todos decidieron tomar un descanso juntos y compartir algunas bebidas refrescantes mientras disfrutaban de la naturaleza que los rodeaba.

Entre risas y confidencias, Ariel y sus amigas se detuvieron frente a un grupo de rosales frondosos, admirando su belleza y fragancia. Todas anhelaban llevarse una rosa como recuerdo, pero las más hermosas estaban fuera de su alcance. Fue entonces cuando Ariel se ofreció a conseguir algunas de las rosas, estirándose con habilidad para tomarlas. El rocío que había en las flores cayó sobre su rostro y pecho, emanando un aire seductor y hermoso que no pasó desapercibido para los hombres que estaban junto a los caballos.

—Ver esas cosas hacen que dude de mi sexualidad —comenta Hugo.

Aquel comentario llama la atención de Lucas, que a pesar de estar alejado de sus compañeros, agudizaba el oído para poder escucharles.

—Ya no lo sé. Estoy pensando seriamente hacerle los puntos a Ariel. —comenta Fabián.

—¿Hablas en serio? —pregunta Hugo.

—Claro. Estaba leyendo en foros sobre las relaciones con trans, muchos dicen que después ya ni te fijas en eso.

—Pero, ya está saliendo con Lucas.

—Le pregunté. Asegura que son nada más que amigos. Tienes que reconocer que se ve deliciosa, quiero probar y arriesgarme.

—No podría. Me perturba que tenga un "paquetito".

—A mi igual, por eso quiero pasar una noche con ella y ser un sex–amigo. Si todo resulta bien, no me molestaría tener algo más.

—No te culpo, también escuché que el sexo con los trans es increíble, además de...

Lucas ya no puede seguir espiando aquella conversación a susurros, debido a que un compañero se aproxima a él para charlar un rato.

Lucas estaba profundamente molesto al escuchar que miraban a su amiga como un objeto de deseo, sin preocuparse por sus sentimientos. Una vez más, la sensación de culpa lo invadió. Se dio cuenta de que él no era mejor que esos hombres, y que, en realidad, era quien más dolor emocional le provocaba a Ariel.

La Verdad de ArielOù les histoires vivent. Découvrez maintenant