Capítulo 35: Sonambulismo.

Start from the beginning
                                    

Estaba dormida, pero era bastante ágil. Se comportaba casi igual que cuando estaba despierta. Quizás un poco más tranquila. Lo único que me indicaba que se encontraba dormida, eran sus ojos vacíos. Me dio gusto verla usando mi ropa. Se veía tan sexy con sus piernas desnudas que comencé a sentir el deseo envolverme. Pero no era el momento.

No tenía el tiempo de pensar en comérmela cuando ella caminaba como si fuera invencible por todo un castillo lleno de vampiros.

—Oye, criaturita. Creo que esto es bastante peligroso —comenté, aunque sabía que ella no iba a contestarme—. ¿Qué haré si vagas por el castillo tú sola y te haces daño? Moriría si algo así sucediera.

Por supuesto, ella ni siquiera miró en mi dirección.

—Estoy tan perdidamente enamorado de ti y tú ni siquiera pareces notarlo —confesé—. Daría mi vida por ti y tú aún no me dices todo de ti.

No la culpaba, de hecho. Considerando su pasado, Juliette era tan desconfiada como había aprendido a hacerlo, siempre por las malas.

Caminó sin titubear hasta la habitación de Julia. Abrió la puerta y me sorprendí al notar que no hacía ningún ruido en el proceso. Era tan sigilosa que no tenía sentido alguno, porque la Juliette despierta no tenía esa habilidad.

Se comportaba como si fuera un fantasma. Un ser que ya no pertenecía a este mundo. Tan irreal y tan inefable.

Como si estuviera verificando que estuviera Julia allí, la miró con ojos vacíos y se dio la vuelta.

Así que de eso se trataba... Su instinto de proteger a sus hermanos no se apagaba incluso cuando dormía.

Se dirigió ahora hacia el cuarto de Justin, pero justo cuando tomó el pomo de la puerta en su mano, una puerta cercana se abrió.

—Así que ahí estás —declaró Jake, sin ningún ápice de sorpresa en su rostro.

—¿Jake? —inquirí, intentando encontrar el sentido a lo que estaba pasando.

—Ah, Hola Donovan —Me saludó con naturalidad—. Así que estabas con ella. De saberlo, no me habría quedado despierto.

La sonámbula Juliette no tenía ningún interés en nuestra conversación, así que se dio media vuelta y comenzó a andar hacia otro lugar. Jake comenzó a seguirla casi inconscientemente, lo que me indicó que esta no era la primera vez que la encontraba caminando dormida.

—¿Qué está pasando? —pregunté.

—¿Esto? —sonrió sin felicidad en su rostro, ayudándole a bajar las escaleras—. Es lo habitual.

—¿Lo habitual?

—Empezó poco después de que mamá enfermara —informó—. No te sientas mal por no saberlo. Ni ella misma lo sabe.

Eso explicaba como nunca me había dicho o porque no lo había visto en sus recuerdos, pero aún no entendía cómo había omitido esa información de ella. Nadie me lo había informado anteriormente y me habría gustado saberlo con anticipación.

Creí saberlo todo, pero esto me demostraba que aún me faltaba mucho de Juliette por conocer.

Se dirigió hacia el jardín que yo le regalé, caminando por pasillos que ni yo mismo conocía. Lo único que se escuchaba en el lugar eran los pasos míos y de Jake, porque apenas y podía escuchar la respiración rítmica de Juliette.

—Antes era más fácil —Me comentó Jake, después de que ella abriera las puertas—. No tenía muchos sitios a dónde ir y era más sencillo cuidar de ella.

—Lo siento —Me disculpé, aunque no tenía muy claro por qué—. No tenía idea de esto.

Nótt ladró, como si le estuviera dando la bienvenida. La Juliette dormida sonrió al escuchar ese sonido y comenzó a pasear por todo el jardín, ahora con Nótt uniéndose a nosotros.

Donovan Black (En edición)Where stories live. Discover now