Capítulo 38| No lo pienses demasiado

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Mi mamá me mira de brazos cruzados al otro lado de la habitación, no sé que hice, pero definitivamente puedo irme despidiendo de cruzar la puerta de mi casa

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Mi mamá me mira de brazos cruzados al otro lado de la habitación, no sé que hice, pero definitivamente puedo irme despidiendo de cruzar la puerta de mi casa. Cuando lo vi fue una mezcla confusa entre diferentes emociones, una montaña rusa definitivamente.

Aún recuerdo todo con lo que tuve que lidiar.

Darek parecía un perro rabioso echando espuma por la boca, Adelaida su dueña que a duras penas puede calmarlo con un par de palmadas y Katherine la vecina que se queja del comportamiento de dicho perro. Entendía en cierta parte su comportamiento desesperado, pero, aunque lo que él dice fuera cierto, Asher no sería culpable de nada. Ahora que lo pienso, debe estar buscando pruebas, de lo contrario habría acudido a las autoridades.

En su rostro pude observar la furia contenida en cuanto me vio aparecer con Asher, Katherine y Adelaida parecían totalmente descolocadas y no las culpaba. Esta vez el pelinegro no les sonrío como lo habría hecho anteriormente, esta vez su semblante era de total seriedad e indiferencia. Lo vi de soslayo creyendo que estaría incómodo o que se sentiría mal, sin embargo, él parece ser bueno leyendo a las personas.

—Mis acciones hablarán mal de mí, pero juzgar a alguien y comportarse de la misma manera no habla bien de los demás. Es rebajarse, llevar la contraria a lo que defienden —dice esto con tal naturalidad que me abruma, con una sonrisa torcida formándose en su rostro.

Se da cuenta de la pesada mirada de Darek sobre él, en lugar de ignorarla la sostiene. No somos los únicos que lo notan, todos los observan como un digno espectáculo el cual admirar con detalle.

Cuando me doy cuenta no puedo evitar verlo con los ojos muy abiertos. Está actuando como realmente es. Aunque no me emociono, he presenciado como algunas veces la máscara parece caer por su impulsividad.

Es raro como algunas veces puede actuar como una persona totalmente diferente.

No quería una pelea, ciertamente Darek tenía pinta de asesino en serie mientras que Asher en cualquier otro momento parecería un animal indefenso. Pero cuando deja ver sus verdaderos colores me sorprende más de lo que debería admitir lo imponente que puede llegar a verse. Parecen dos leones enjaulados.

El pelinegro se despide de mí, enfureciendo aún más a Darek que parece querer estallar.

No te he perdonado, Asher —En cuanto lo llamo por su nombre sabe que voy en serio—. No podía dejarte tan vulnerable en ese lugar, no me malinterpretes.

Parece no tragarse ese cuento, y yo tampoco lo haría. Ambos sabemos los sentimientos que tenemos el uno al otro.

Meneó su cabeza, dejando rebeldes cabellos caer por su frente.

Quiero ir en serio, West —Su sonrisa se ensancha, retrocede a pasos vacilantes—. No me cambiaste, solo te muestro una parte de mí que estoy dispuesto a dejar salir por ti.

Un chico fuera de este mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora