Capítulo 12| Ausencia

268 29 74
                                    

La cancha estaba tan ajetreada como de costumbre en cuanto el estridente ruido de la campana anunciaba el receso se hizo escuchar por la preparatoria

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La cancha estaba tan ajetreada como de costumbre en cuanto el estridente ruido de la campana anunciaba el receso se hizo escuchar por la preparatoria. Esta vez yo y mis amigas decidimos comer en las gradas, donde la mayoría de los estudiantes se reunía a comer.

—Lo detesto y muchísimo —Dijo Katherine con ira en sus palabras, mirando hacia un grupo de chicos cerca de la gran puerta trasera.

—¿A quién? —preguntó Adelaida mirando a Katherine con atención, mientras que yo me perdía en mis pensamientos.

El día de hoy era uno de aquellos días en los que no te apetecía hacer nada, uno en los que te costaba levantarte de la cama y dejar la comodidad de tu cama. No había dormido bien.

En la madrugada me dio por querer terminar el cuadro y es que si no lo hacía en ese instante lo más seguro era que después no lo terminara. Había decidido guardar cada poema que Logan me entregará.

No me malentiendan, ¿cómo podría tirar aquellos hermosos poemas a los que le había puesto tanto esfuerzo? Simplemente no puedo.

—A ese idiota de ahí —Señaló a un chico de cabello rizado, de color castaño que se reía junto a sus amigos, sacándome de mi ensoñación.

—¿Por qué? —pregunté confusa, mirándolas.

—Es un idiota, mujeriego, creído, grosero, desastroso, mentiroso, presumido —

—Sí, ya entendimos —Se apresura a decir Adelaida, dirigiendo su mirada hacia mí.

Pero después entendí que no era a mí a quien miraba, pues parecía confundida.

Es extraño, nunca los había visto interactuar. Pero la rubia lo observa con una mirada capaz de atravesarte como un cuchillo. Algo debió pasar entre ellos, pero estoy casi segura de que en algún momento nos lo hará saber cuándo se sienta lista para hablar sobre el tema.

Adelaida se reacomoda su cabello castaño, dándose un poco de aire con la palma de su mano. El calor es demasiado. Me siento en un desierto.

Volteo lentamente hacia mi izquierda, con la curiosidad carcomiendo mis adentros. Mi mirada se encuentra con unos ojos color ámbar, sacándome un susto.

—¡Ahhhh! —grito estampando mi mano contra su mejilla, dejando una marca sobre su blanca piel.

—¿Qué demonios? —se quejó soltando un quejido de dolor, llevando su mano hacia la zona afectada.

Abdiel me miraba molesto, aún con la mano en su mejilla, para después mirar que nadie observara la escena y para suerte suya no era así. Fue un impulso, ni siquiera observé bien su rostro tan solo estaba tan cerca que me asusté y esa fue mi primera reacción. Por dios, Madeline.

Un chico fuera de este mundoWhere stories live. Discover now