Capítulo 29| La verdad es dura

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Espero impaciente a Abdiel en la biblioteca, la ausencia de uno de los profesores fue una gran oportunidad que me abrió el camino hacia aquí

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Espero impaciente a Abdiel en la biblioteca, la ausencia de uno de los profesores fue una gran oportunidad que me abrió el camino hacia aquí. El lugar estaba casi vacío, escogí una de las mesas en la esquina la cual no podía observarse fácilmente y para mí eso era perfecto. Abdiel también había sugerido este lugar, así que no creo le cueste encontrarme.

Debería tomar un libro como distracción para dejar pasar el tiempo, pero las ansías de saber sobre lo que mencionó aquel día no me dejan. En especial también por lo del número desconocido.

Bajo la mirada con la vista en mis agujetas desatadas, cuando me agachó para atarlas unos zapatos se posan delante de mí y no me hace falta voltear para saber que es Abdiel.

—Lo siento, me detuvieron en el camino —Se sienta en una esquina de la mesa delante de mí, sin molestarle que en cualquier momento podrían reprenderlo.

—Bájate de ahí —Literalmente lo estoy obligando, pero él ni siquiera sé inmuta, solamente deja se mochila en la silla que él debería estar ocupando.

Él busca algo en ella como si fuera realmente importante, entonces hago un mohín de extrañeza sin entender del todo.

Saca un álbum de fotos junto con algunas hojas de periódicos como los que encontré en la caja, antes de soltar algunas palabras indiferentes y obstinadas:

—Después de esto tal vez cambies tu forma de ver las cosas —advierte tranquilo, queriendo arrepentirse.

Me inclino al frente un poco, intentando tomar el álbum de fotos, pero él lo aleja de mí.

—Deja de ser tan impaciente —zanjó irritado, bajándose de la mesa.

—No es fácil cuando estás a poco de conocer la verdad —bramé entre dientes.

—Pues algunas veces es mejor no conocerla —Se dejó caer de golpe en la silla, tirando todas las hojas del periódico frente a mí.

Todas son sobre el accidente, todas con el mismo titular «Trágico accidente deja a tres integrantes de una familia muertos» Exactamente como el que había leído. Pero no entiendo, él sabe que esto ya lo sé, ¿cuál es su punto?

—¿Estás segura? —Su pregunta me toma de sorpresa, ¿qué si estoy segura? No, pero solo así lograré comprender—. Puede que todo sea demasiado extraño, además, soy igual de culpable por ocultarlo.

—¿Culpable de qué? No entiendo.

Mi teléfono emitió el sonido de una notificación, interviniendo en nuestra conversación. Cuando reviso veo que se trata nuevamente de aquel número desconocido.

Desconocido:

¿No quieres conocer la verdad?

Estoy a punto de bloquear el número cuando decido preguntarle al pelirrojo, dejándolo más confuso que yo:

Un chico fuera de este mundoWhere stories live. Discover now