Marsha Catley:
Después de estar confinada en el campo durante tanto tiempo, volver a ver la capital, con sus hermosas calles y su gente ocupada, llenó mi corazón de alegría. Cuando volví, fue el momento más feliz de los últimos siete años. Sin embargo, durante la fiesta que mis amigos habían preparado para darme la bienvenida, toda esa alegría fue arrebatada y reemplazada por ira.
“¡¿Cómo?! ¿Cómo se atreve esa chica a llamarse a sí misma la prometida de Jeord?” Grité, golpeando mis manos sobre la mesa y haciendo sonar la vajilla.
“¡Debería haberse librado de esa chica sin valor hace años!” Podía sentir la ira calentando mi rostro.
“... Eso es lo que también estábamos esperando...” Murmuró una de mis amigas.
“¡¿Entonces por qué?! ¡¿Por qué siguen comprometidos?!” Le pregunté, acercándome.
“Tampoco lo sabemos... se rumorea que Jeord se niega a cancelar el compromiso.” Respondió ella mientras se encogía ligeramente.
“¡¿Jeord mismo?! ¡Eso no puede ser cierto!” Grité aún más fuerte.
“¿Por qué el príncipe desearía una novia como ella?” “Eso no lo sé, pero...” Dijo mientras se retiraba aún más.
“... ¿Pero? ¡¿Pero qué?!”
“Algunos dicen que él es inflexible acerca de enmendarse por la cicatriz en su rostro...y que su actitud se ve más descuidada”
“¿La que supuestamente es la razón original del compromiso? ¡No puedo creer que no haya sanado después de todos estos años!” Hace siete años, esa niña tropezó en el jardín del castillo, y el accidente le dejó una cicatriz en la frente.
Jeord, que la acompañaba, asumió la responsabilidad al elegirla como su prometida. ¡Jeord asumió la responsabilidad de su torpeza!
“Conociéndola, probablemente esté ocultando el hecho de que su herida se ha curado para mantener al príncipe en sus garras. ¡Oh, mi pobre Jeord!” Solo pensar en él siendo engañado por esa arpía hizo que me doliera el pecho.
Jeord Stuart... el tercer hijo del rey.
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La Siguiente Vida para estos Desafortunados
HumorOh mierda ya recordé , ¡QUIEN SOY YO! SOY KAZUMA SATOU estoy yo... de una forma rara estoy en el suelo al parecer el golpe fue increíblemente horrible, pero aún estaba adolorido sentándome para ver a una niña de pelo castaño, que también se había ca...