Capítulo 27

4.7K 170 3
                                    

ALMA

—¿Crees que estos serán buenos para laminar o cogemos alguno más fino?.—Me preguntó Fer mientras señalaba otra serie de cuchillos.
Llevábamos en ese establecimiento al rededor de dos horas y seguíamos siendo incapaces de encontrar todos los utensilios que nos habíamos propuesto.

Una notificación de mi móvil hizo que instintivamente me llevase las manos al bolsillo y que revisara mi teléfono.

"Jamás pensé que diría esta frase, pero: te ves increíblemente sexy comprando cuchillos."

El mensaje provenía de Pedri así que Alcé la vista y pegué un repaso por el local en su búsqueda.

—¡Alma!.—Fer pasó sus manos por delante de mis ojos haciendo que pegue un respingón.
—¿Debería buscar uno más fino para laminar?.—Volvió a preguntarme.
Y aunque para mi esos cuchillos eran perfectos, mi cabeza ya solo pensaba en Pedri, así que le dije a Fer que se diera una vuelta más en búsqueda de otro cuchillo y volví a sacar mi móvil para responder a Pedri.

"Pedro González López, no pensé que tuvieras esta clase de fetichismos..."

"Y no los tengo, pero creo que todo lo que tocas me pone cachondo sin más 🫣."

"No puedes hacerme esto 😔".

"¿Qué?😕".

"Calentarme."

"Pensaba que era justo lo que más te gustaba 🙄".

"En efecto, pero no has escuchado ese dicho de: No se calienta la comida que no se va a comer 😒".

"¿Y a ti quien te ha dicho que no pienso comerte?, porque no he podido dejar de pensar en ti todo el día y en lo mucho que necesito tenerte entre mis sábanas..."

"Y yo que pensaba que en los entrenamientos tenías que estar concentrado..."

—Y por eso hoy he tenido el entrenamiento más duro de toda la temporada.—La voz de Pedri tan cerca hizo que mi cuerpo se tensara inmediatamente.
Ese maldito acento canario seguía siendo mi perdición.

Me giré despacio hacia él intentando mantener la compostura y reprimiendo las ganas que tenia de besarlo allí mismo.
Me quedé unos segundos observándolo, aún sigue con el pelo húmedo, también tenía cara de cansancio.

—Te ves cansado.—Admití.

—Lo estoy.—Sonrió de lado.

—¿Qué planes tienes para esta noche?.

—Cenar con la mejor chef de Barcelona en algún sitio y luego comérmela de postre.—Mis mejillas se encendieron ante tal sinceridad.—¿Y tú?.

—Cenar con el hermano de mi jefe, aunque no sé si voy a ir porque tengo otra oferta.

—¿Ah si?, ¿cuál?.—Frunció el ceño extrañado.

—Es que he conocido a un futbolista muy guapo que también me ha pedido ir a cenar esta noche...

Pedri relajó visiblemente su cuerpo y sonrió al darse cuenta de que le estaba tomando el pelo.

LA ISLA- PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora