Capítulo 16

5.2K 190 12
                                    




ALMA


Eran las 11:30 de la mañana de un domingo en esta preciosa isla, me desperté con un poquito de dolor de cabeza ya que al final Pedri y yo nos acabamos la botella de vino por completa.

Sonreí al recordar lo bien que me lo había pasado anoche con él, no voy a decir que fue fácil mantenerme lejos de sus labios, porque no lo fue en lo absoluto, pero lo importante es que no lo repetimos y que pudimos conocernos mejor.

Hoy iríamos a Tasca Fernando por fin, tenía muchas ganas de que Rosy me enseñase algunos platos.

La tasca estaba en Tegueste y nosotros nos estábamos alojando en Bajamar, pero por lo que me estuvo explicando Pedri, estaba todo muy cerca y se llegaba en pocos minutos.

Me vestí con un top negro de tirantes, una falda pantalón de florecitas blancas y negras y con unas zapatillas blancas.
Hoy hacía un poco más de calor que ayer, así que recogí mi pelo en dos trenzas estilo boxeador para evitar tener el pelo sobre mi cara todo el rato.
Cogí un bolso negro pequeño en donde metí mi movil, las gafas de sol, algo de dinero y un pequeño bloc de notas donde llevaba anotadas algunas ideas para tratar con Rosy.

Al bajar las escaleras me encontré con Pedri preparando café.

—Buenos días.—Le dije, este se giró sonriendo hacia mi.

Vale, es el momento de hablar sobre algo importante, llevaba en esta casa y en esta isla tres días y me sentía como si llevase un mes entero, eso lo primero.
Lo Segundo, en este tiempo ya me había besado con Pedri a pesar de haber dicho que no lo haríamos y que seríamos amigos.
Hasta ahí todo bien, lo que pasa ahora es que hay que mencionar un dato de suma importancia llegados a este punto: Pedri se estaba dejando crecer la barba.

¿Me habéis leído?

PEDRI-SE-ESTÁ-DEJANDO-CRECER-LA-BARBA.

¿Acaso estoy viviendo en una especie de prueba divina para probar mi pureza?.
Porque esto no puede ser verdad.

¿Cómo puede estar tan irresistible?.

¿Es legal ir así por la vida sin tener represalias?.

¿Ahora como hago para intentar no abalanzarme sobre él y quitarle esa estúpida camiseta blanca y besarle todo el abdomen?.

Me estoy volviendo loca es oficial, las ganas que le tengo no son normales.

—Alma, ¿estás bien?—Se acercó hasta dónde estaba y pasó el dorso de su mano por mi frente, sacándome así de mis desvaríos matutinos.

—Eh... Sí sí, estoy bien.—Me aparté un poco de el, aunque mi cuerpo me pedía que le arrinconase sobre la encimera de la cocina y le quitase cada prenda de ropa que tuviese.

—Estás un poco roja.—Dijo preocupado yéndose a la nevera a por una bolsa de frutos congelados y me la tendió para que me la colocase sobre la nuca.

—Gracias, no sé qué me pasa.—dije un poco más calmada al sentir el frío atemperar mi piel.

Debo de estar en plena ovulación porque no es normal este descontrol hormonal, parece que tenga 14 años otra vez y que no haya visto a un chico en mi vida.

LA ISLA- PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora