Lo que lograste cambiar

Capitulo 49

Nurbanu

- ¿Que estás haciendo? - preguntó molesto.

- No es lo que parece - aseguré tratando de mantener la calma.

- ¿no lo es? - preguntó irónico - ¿no acaba de levantarse de encima tuyo? - en su voz podia notar que estaba a nada de perder el control.

-  Selim, escúchame primero - dije suavemente acercándome más a él.

- ¿Para que digas excusas? - preguntó con una sonrisa irónica.

- Sabes perfectamente que nunca he sido ese tipo de persona y si crees que te daré excusas y voy a inventar cosas para salvar mi cuello estás muy equivocado y eso quiere decir que no me conoces ni un poco - dije con voz firme.

Su semblante cambio a duda, pero nuevamente se endureció.

- No, claro que no reconozco a la mujer que acabo de ver levantarse cuando tenía a otro hombre que no era su marido encima suyo.

Mire a un lado al hombre que aún seguía ahí y tenía una sonrisa burlona en su rostro y no entendía el por qué, si pierdo la cabeza, estaba segura que no sería la única, pero siendo sincera, que me corten la cabeza está en muy bajas posibilidades.

- Entiendo que la situación sea confusa, lo entiendo Selim, por eso te digo que hablemos tranquilamente - motive que nos calmemos de nuevo.

- ¿Tranquilamente? ¿quieres que actúe tranquilamente cuando acabo de ver a mi mujer con otro hombre encima suyo? - sonrió irónico de nuevo - ni si quiera se si mereces el título de "mi mujer" tan solo eres..

- Selim - grité - ten cuidado con lo que dices - lo mire directo a los ojos - no hagas cosas de las que luego te arrepentirás - me acerqué - no puedo aguantar más tonteras tuyas - desafíe - di lo que quieras, pero te dejare claro que todo lo que digas ahora, tendrá sus consecuencias y está vez te haré lidiar con cada una de ellas, no voy a permitir que hagas de mi lo que quieras.

- ¿Olvidas quien es el sultán aquí? - también se puso en una postura de poder - yo soy el sultán, todo en este mundo me pertenece, incluyéndote a ti, aunque no sé si quiero algo como tú cerca de mi ahora mismo, así que no olvides a quien te estás dirigiendo - bufó.

"algo como tú" esas palabras se quedaron en mi mente.

- Tampoco olvides quien soy yo - levanté la cabeza con orgullo mirándolo a los ojos - soy nurbanu, nurbanu sultán, esposa del sultán - dije con total seguridad.

- No actúes cómo si tuvieras el poder nurbanu - se acercó a mi - no olvides quien eras cuando llegaste.

Vi al lado y el hombre comenzaba a darse la vuelta, pero antes de que si quiera pudiera dar un paso selim lo arrastró cómo si fuera nada y lo tiró al piso poniendo un pie encima de él mientras lo miraba como si fuera la peor basura de este mundo.

- No creas que saldrás de aquí - susurro con odio - te haré sufrir como nunca en tu vida.

Selim me miró esperando que diga algo y soltó el comentario que terminó totalmente con mi paciencia.

- ¿Qué? ¿no ayudarás a tu amante? - preguntó irónico.

Sin poder controlar mi cuerpo y mis impulsos me acerque furiosa a él y mi mano resonó en un lado de su cara haciéndole voltear la cara, Selim volvió la cara en un instante y estaba a punto de abrir la boca, seguramente para gritar, pero a semblante cambio a uno de duda total y fue cuando me di cuenta que estaba derramando lágrimas, limpie mis lágrimas con fuerza y alce la cabeza.

- Puedes hacer lo que desees Selim, pero no ser te ocurra volver a aparecer delante de mi - lo señalé - te lo dije, cada palabra y acción tienen una consecuencia, ahora afronta eso como "el gran sultán" que eres - dije con el mismo tónico irónico que uso él.

Me di la vuelta y camine rápidamente escuchando sus gritos llamándome detrás mío, pero en ningún momento voltee, no iba a mirar atrás.

(....)

- Con que eso fue lo que pasó - dijo la sultana mihrimah suspirando - sabía que algo malo había pasado, está vuelto un loco.

No dije nada, solamente me quede mirando a la nada, había escuchado que a ese hombre que ni conocía, lo estaban torturando de la peor manera, él mismo, muchos estaba curiosos de que fue lo que hizo como para que el mismo sultán actuará así y es que nadie sabía lo que había pasado, solo nosotros tres y  ahora la sultana, al parecer Selim no tenía intenciones de venir a hablar conmigo, la verdad es que tampoco lo estás esperando, no quería verlo, me ha decepcionado, de nuevo.

Selim

Entre a mi habitación furioso y tirando todo lo que encontré a mi paso, mis manos manchadas de sangre de ese hombre, claramente aún no había muerto, no, no dejaría que se vaya tan fácilmente.

Grité con rabia mientras tiraba un jarrón, que seguramente, era muy valioso, pero ahora mismo me daba igual.

Sabía, yo sabia que las cosas no eran como parecían, solo que otra vez me deje llevar por la rabia e hice cosas que no debí y también dije, sabía que nurbanu no me escucharía, sabia que posiblemente aunque fuera a hablar con ella y le pidiera disculpas de rodillas, ella no cedería a hablar conmigo, sabía que yo tendría que ser quien esperara como un perrito a qué su dueño viniera a buscarlo y le de un poco de cariño, sabía que está vez yo no tenía derecho de buscarla, lo sabía y eso me volvía furioso.

- Agas - grite y entraron rápidamente - traigan vino - ordene.

Salieron rápidamente y mi petición no tardó en llegar.

Esperaría a nurbanu todo lo que ella quisiera, haría lo que ella quisiera, pero por ahora solo quería olvidar todo un rato y la única manera de aliviarme un poco era esta, es mi única manera así que cuando el vino paso por mi garganta y llegó a mi estómago, pude suspirar con total alivio.

Sonreí irónico, no importa cuánto lo intente, nunca podré cambiar esa parte de mi y al final terminaré perdiendo a la única mujer que me quiere y aprecia verdaderamente.

Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos después de muchos vasos de vino y mi mente tan solo reproducía imagines mías con nurbanu.

Nurbanu....
La única mujer que siempre había estado para mí, incluso si se va, yo no tendría ningún derecho a culparla, ella solo merece felicidad en su vida y al parecer yo no puedo darle esa felicidad que tanto desea.