Capítulo 21

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Selim

Me desperté cuando senti una suave caricia, me levanté rápidamente y me puse a la defensiva.

- Au - escuché.

Pude reconocer la voz y me alarme cuando me di cuánta de que la había lastimado.

- Lo siento, lo siento - me disculpé rápidamente mientras me acercaba a ella para tomar su mano y verla con cuidado - no era mi intención - bese su mano.

- Está bien, no pasa nada - sonrió tranquilamente, pero su rostro cambio a uno de miedo y sus manos se dirigieron a su estómago - ¿mi bebé? - preguntó asustada.

- Está bien nurbanu, está bien - dije suavemente.

No me atrevía a decirle lo que dijo la doctora, pero sabía que tenía.

- Menos mal, no sabría que haría si es que algo le pasaba, seguro que moriría - dijo suavemente mientras acariciaba su vientre.

- No digas esas cosas - la regañé - tengo que decirte algo nurbanu.

Ella me miró confundida.

- Si es sobre quién hizo esto, creo que ya sabes la respuesta - dijo sería.

- No es eso, ya lo sé y la culpable está pagando por esto, no tienes de que preocuparte, nadie se atreveria a tocarte de nuevo - dije suavemente mientras acariciaba su mejilla derecha - es sobre el bebé.

- Dijiste que estaba bien ¿Verdad? - sonrió - no pasa nada, mientras él esté bien, yo lo estaré.

- Nurbanu...

- Dime - sonrió enormemente.

- Dejemos que la doctora te revise de nuevo, solo para que estés más tranquila - trate de ocultar mis intenciones.

- Bueno, no suena como una mala idea.

Asentí y sali de la habitación para llamar a la doctora, dejaría que la revise para ver si aún dice lo mismo que antes, no me atrevo a decírcelo sin estar completamente seguro, pero sinceramente ¿Que posibilidad hay de que él bebé este completamente bien de un día para el otro? Eso no me daba nada de esperanzas, pero se trataba de nurbanu así que agotaría todo tipo de recursos para que ella esté feliz y en este momento, ese bebé era su felicidad.

(...)

- ¿Cómo está? - pregunté serio a la doctora, pero realmente sentía temor por lo que me diría.

- Como le dije a la señorita nurbanu, él bebé está bien su majestad, realmente es un milagro, no tenía muchas esperanzas respecto a esto, pero aún así es preferible que descanse por unos días más  - explicó.

Solté un suspiro de alivio sin poder evitarlo.

- Ve con canfeda, ella te dará tu dinero - dije serio.

Ella asintio e hizo una reverencia antes de irse, entre a los apocentos rápidamente.

- ¿Que paso? ¿Por qué la doctora no quiso decirme nada antes de decírtelo a ti? - preguntó desesperada.

- No es nada, solo quería darte la noticia yo - le sonreí, como solo le sonreí a ella - el bebé está perfecto nurbanu, no le ha pasado nada así que puedes estar tranquila.

Soltó un suspiro y sonrió enormemente.

- Eso me tranquiliza - me dijo con esa sonrisa en su rostro.

Y una vez más confirme que yo haría lo que sea por esa sonrisa suya, movería el mundo tan solo por verla sonreírme de esa manera y mataría a quien sea que intentará o hiciera algo para que esa sonrisa se borre.

- Nurbanu - la llame - hay una mujer que vendrá a cuidar de ti - me acerque a ella - era una sirvienta muy fiel a mi madre, se llama Fakria - le conté.

- Pero yo no la conozco y no me sentiría segura con ella - dijo dudosa.

- No tienes de que preocuparte, confío en ella y tú sabes que no confío en alguien solo por qué si - acaricie su mejilla.

- Está bien, pero canfeda aún podrá estar conmigo ¿Verdad? - preguntó - ella no tiene la culpa de lo que pasó.

- Tiene la culpa, no te cuidó adecuadamente - dije serio - pero si quieres que se quede a tu lado, no te lo negare.

- Quiero que se quede a mi lado - aseguró.

- Entonces, se quedará a tu lado.

Ella sonrió y me dió un pequeño beso en los labios.

Extrañaba mucho eso, demasiado.

(...)

- ¿Cómo están? - preguntó Mihrimah apenas entre a sus apocentos.

- Ambos están bien Mihrimah, para mí también fue un alivio y una sorpresa, me alegra por qué no sabría cómo decirle a nurbanu si es que la doctora me daba una noticia mala.

- Gracias a alá - murmuró aliviada - supongo que Dilsha está recibiendo su castigo ¿Verdad? - preguntó.

No la había dejado involucrarse mucho en esto, no me gustaba hacerlo.

- No es algo de lo que tengas que dudar, por supuesto que está pagando por esto - dije serio - ¿Cuando llegará la señorita Fakria? - pregunté.

- Mañana, llegará mañana - sonrió.

- Entiendo, entonces hay que preparar unos apocentos.

- Ya me encargue de eso, no tienes de que preocuparte - dijo rápidamente.

- Siempre un paso adelante.

- Bueno, hay cosas en las que no puedo meterme por qué lo quieres, pero esto es algo que si puedo hacer.

- Sabes que lo hago por tu bien.

- No me quejo, pero aveces quisiera saber más sobre nuestro enemigos.

- No necesitas saber de alguien a quien nunca verás en tu vida, sabes que no dejaré que se acerquen a ti, ni si quiera podrán ver un cabello tuyo.

- Ya lo sé, pero eso no quita mi curiosidad.

- Deja de pensar en eso Mihrimah - dije mientras me dirigía a la puerta - antes de que si quiera puedan pensar en venir a por ti ya estarían muchos metros bajo tierra - dije antes de salir.

No mentía, Mihrimah y nurbanu eran las personas más importantes para mí, ahora tendría a otra persona a quien proteger, ese pequeño bebé que está en el vientre de nurbanu, quiero conocerlo o conocerla, realmente preferiría que sea una niña.

Una niña de cabellos negros, ojos negros y sonrisa brillante como la de su madre, esa niña sería perfecta y estoy seguro que nadie me diría que estaba equivocado de hecho, creo que nadie se atreveria a contradecir algo que yo digo.

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