Capitulo 42

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Nurbanu

- ¿irá a ver a su majestad? - preguntó sumbul

- Exactamente eso - respondí con una sonrisa mientras me miraba al espejo.

- Entonces debo suponer que todo fue bien anoche.

Pude ver su reflejo en el espejo, él realmente se veia feliz por ambos y no tenía intenciones de quitar esa felicidad, después de todo, no nos fue mal.

- Si, podríamos decir que si sumbul - respondí volteando para mirarlo directamente - asegúrate de que mi pequeña sultana este bien, aunque está con. canfeda y la sultana mihrimah, seguro que estará perfectamente - sonreí.

- Claro sultana, no se preocupe - sonrió - disculpe que me entrometa, pero ¿hay un motivo por el que va a ver a su majestad? - preguntó curioso.

- Deseo averiguar algo sumbul, pero quiero que su majestad me lo diga - respondí.

- Comprendo, si necesita algo, no dude en decírmelo - comentó.

Solo asentí y ambos salimos de la habitación, él tomo un camino distinto al mío.

Cuando llegue a los aposentos de selim, me dejaron entrar de inmediato, supuse que selim había dado esa orden, era la única explicación razonable y eso me alegraba, aunque no se lo demostraría.

- Su majestad - lo saludé al entrar.

Él me miró fijamente por unos segundos antes de levantarse del escritorio y acercarse hasta una distancia prudente de mi.

- ¿Aún seguirás llamando así? - preguntó.

su entrecejo estaba ligeramente fruncido, podía decir que le molestaba ser llamado de esa manera por mi.

- Todo el mundo lo llama así, no veo por qué yo no debo hacerlo - respondí con el mismo ceño fruncido que él tenía en estos momentos.

- Tú no eres todo el mundo nurbanu - respondió rápidamente y con simpleza, como si fuera lo más natural del mundo.

Bien, no lo negaría, mi corazón se aceleró porque esas palabras las diría el selim antes de accidente, pero aún así mantuve mi ceño algo fruncido.

- Supongo que tienes razón, pero aún así seguiré llamando su majestad - respondí relajando mi entrecejo.

- Bien, cómo quieras, puede hacer lo que desees, algo me dice que antes también hacías las cosas como tú querías - dijo desinteresado.

Y no se equivocaba, siempre lo había echo, pero porque él me dejaba hacerlo, no era del todo mi culpa ¿no es verdad?

- ¿No preguntara por qué estoy aquí? - pregunté.

- ¿Tiene que a ver un motivo para que vengas a verme? porque si es así realmente me pondré muy triste mi querida sultana.

Fingió tristeza, parece que hoy tiene ganas de jugar conmigo.

Me acerque a él cortando la distancia que él mismo puso, pude sentir que su respiración se aceleró un poco al tener mi rostro tan cerca del suyo y sus ojos estaban directamente mirando los míos.

- Tiene razón, no tiene que a ver un motivo especial de por medio su majestad - sonreí

- Exactamente eso - respondió.

Sus ojos ahora no miraban mis ojos, si no que miraban mis labios, yo aún mantenía mi sonrisa, sentía que él se acercaba cada vez más, no le impedi hacerlo, estaba a punto de tocar mis labios cuando justamente yo tire todo mi cuerpo hasta atrás y volví a poner una distancia entre nosotros.

- Pero el día de hoy vine por un motivo en especial - sonríe mucho más.

Su cara era totalmente incrédula, pero no le tome mucha atención a eso.

- La razón por la que vine aquí es porque escuché que la princesa de Polonia vendría a darle una visita - continue hablando y él aún tenía esa expresión en su rostro.

Selim dió un resoplido de frustración para luego volver a su cara neutral.

- Si, se quedará unos días en el palacio - respondió simplemente.

- Escuché que no es la primera vez que viene - comenté.

- No lo es, de hecho, es la segunda vez que lo hace - dijo.

- Bien, pues quiero escuchar la razón del por qué vendrá y como fue su primera visita - mi tono salió más como una orden que una petición, pero no iba a retroceder a mis palabras.

Me dirigí a su cama para sentarme y cuando ya estuve ahí palmee el lugar a mi lado dándole a entender que debe sentarse a mi lado, él sonrió divertido, pero se acercó a sentarse.

- ¿Hay algún motivo por el que esté tan interesada en este tema mi sultana? - preguntó.

Me acerque a él y nuevamente pegué mi rostro al suyo.

- ¿Debería a ver alguno su majestad? - pregunté cerca de sus labios y apenas termine de decirlo, me aleje de él.

Él respiró profundo mientras cerraba los ojos, supongo que buscaba mantenerse en calma, pero para mí la situación era divertida.

- No, ninguno ¿Que es lo que quieres saber? - preguntó.

- Todo su majestad - respondí.

Él suspiro y comenzó a contarme las cosas, realmente no me hubiera interesado, si no hubiera escuchado que esa princesa había estado interesada en selim, son rumores, pero si hay rumores, es porque algo paso o algo mostró aquella princesa para que esos rumores fluyeran y no me iba a quedar tranquila con eso.

Cuando selim me contó todo pude quedarme tranquila, él me contó que hablaron de algunas cosas por su madre, no menciono nada fuera de lugar y espero que en realidad no me haya ocultado nada, aunque sinceramente tampoco creo que me diga si es que entre ellos ocurrió algo.

Supongo que tendré que esperar a que ella llegue para ver si las cosas son como yo creo, aunque algo me dice que realmente tengo la razón y no, no es que este celosa o bueno, quizás si, pero también es porque aquella princesa puede tener otros motivos, no puedo dejar que se acerque mucho a selim, por su seguridad, si, por su seguridad, solo es eso.

¿A quien quiero engañar?

Si, estoy celosa, por mucho que intente ser indiferente, no puedo mandar en mi corazón y mi corazón en estos momentos siente celos de una mujer que ni si quiera conozco aún, ella es alguien que él ya conoce y mucho antes que a mí, selim no me recuerda aún y aunque esté mucho más abierto a mi, no quiere decir nada, no puedo confiarme, selim me importa y lo quiero demasiado, es algo que no puedo evitar.

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