Capítulo 9

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Cecilia

No me había equivocado.

Yo estaba demasiado cansada, pero al parecer mi hambre era mayor por qué apenas selim dijo que habían traído el desayuno me levanté inmediatamente para comer junto con él.

- Ven aquí - selim palmeo su regazo.

No lo pensé mucho por qué en lo único que pensaba era en comer así que inmediatamente me senté en su regazo.

- Parece que tienes mucha hambre - dijo selim cuando vio que comía con muchas ganas.

- ¿De quién es la culpa? - lo mire mal.

Él solo dió una pequeña sonrisa y negó con la cabeza suavemente.

- No tenga la culpa de que seas perfecta.

Me miró a los ojos y metió una de sus manos por la  bata de dormir que traía puesta, acaricio mi cintura un poco.

- Quieto ahí - detuve su mano - déjame comer tranquila por lo menos, quiero reponer energías.

- Estás exagerando - dijo con una sonrisa divertida.

- No lo hago - aseguré.

Él solo me dió una sonrisa y se dedicó a comer junto conmigo, después de unas horas llegó el momento de irme, pero yo quería decirle algo.

- Selim - lo llamé suavemente, él me miró atento.

- ¿Pasa algo? - preguntó.

- Apartir de ahora, no quiero que ninguna otra mujer que no sea yo entre a tus apocentos - dije sería - a menos que sea la sultana Mihrimah.

- Cecilia, eso no tiene ningún sentido - dijo con una sonrisa - sabes que soy un sultán y el ha...

- Me importa muy poco que seas el sultan - me cruce de brazos - si vez a otra mujer que no sea yo será mejor que te olvides de mi.

Él dejo de sonreir y se puso serio, mucho más de lo normal.

- No puedo hacer eso.

- Entonces está será la primera y la última vez que venga a tus apocentos, también será la última vez que veas mi rostro.

Pase por su costado con dirección a la puerta, pero él me detuvo.

- Cecilia entra en razón, el harem es algo normal para nosotros los sultanes.

- Para mi no - dije con simpleza y me libere de su agarre.

- Está bien - dijo antes de que saliera, sonreí, pero cuando me di la vuelta puse una cara sería.

- ¿Que? - pregunté para asegurarme de que haya escuchado bien.

- No vere a otra mujer que no seas tú.

- ¿Lo prometes? - me acerque a él

- Lo prometo - dijo mientras acariciaba mi mejilla para luego darme un beso.

Primer objetivo echo, espero que no me decepcione y me demuestre que si puedo confiar en su palabra.

(...)

- Entonces ¿Cómo te fue? - preguntó la sultana Mihrimah con una sonrisa.

- Muy bien sultana - dije con una enorme sonrisa.

- Parece que mi hermano en verdad te puso muy feliz - sonrió

- Bueno él dijo que no vería a otra mujer que no sea yo - le conté con una enorme sonrisa.

- Entiendo, pero aún así no debes bajar la guardia con Dilsha y Valeria, aunque creo que Valeria no será un problema grande puedo decir que ni siquiera será un problema.

- Lo sé sultana, pero prefiero no confiarme.

- Dilsha aún no ha ido a verte ¿Verdad? - preguntó.

- No sultana aún no

- Cuando vaya quiero que mantengas la calma Cecilia y pienses cada cosa que hagas por qué eso te puede perjudicar - explicó y yo asenti.

- No lo haré sultana, pensara bien mis movimientos.

- Eso espero, pero quiero pedirte algo.

- Puede pedirme lo que quiera.

- Haz feliz a mi hermano - pidió nostálgica - aunque no lo parezca, él ha sufrido.

- Haré hasta lo imposible para hacer feliz a selim sultana se lo aseguro.

- Se que lo harás - sonrió - ahora puedes volver a tus apocentos, cuídate bien Cecilia.

Asentí y antes de salir hice una reverencia como despedida.

(...)

- Señorita Dilsha, no puede entrar de esa manera - escuché a canfeda gritar, pero ambas ya estaban dentro de mis apocentos.

- Déjanos solas - le pedí.

Ella me miró dudosa, pero obedecio, la sultana Mihrimah le había dicho que cuide bien de mi junto con sumbul, pero yo tenía que hacerme cargo de Dilsha, sabía que ella no haría nada, probablemente vino aquí solo para burlarse.

- Veo que te estás poniéndote muy cómoda, si yo fuera tú, no estaría muy confiada por qué  - se acercó a mí y me miró divertida - él nunca vuelve a llamar a las mujeres que ve una sola vez - sonrió con superioridad - excepto a mi, claro.

- Tienes mucha confianza - dije divertida.

- Después de tantos años junto a su majestad, claro que tengo mucha confianza en mi.

- Tantos años junto a él, pero ¿no lo has hecho feliz? Tampoco le has dado un pequeño príncipe o una sultana - sonreí

Ella me miró más que molesta creo que en estos momentos quería darme una cachetada o jalarme de los cabellos.

- Por supuesto que lo he echo feliz, es solo que él no es muy expresivo con las personas ni siquiera con la sultana Mihrimah y le daré un hijo pronto así que no tienes de que preocuparte - aseguró

Me pregunto cómo se pondría si supiera que selim rie cuando esta conmigo quizás le de algún tipo de infarto o quizás la ayude a no ser tan arrogante, pero no sé lo diré, es algo que guardaré exclusivamente para mí y tampoco tendría la oportunidad de darle un hijo por qué ahora selim es mío y la única mujer que le dará hijos seré yo.

- Si quieres engañarte a ti misma, no diré nada - sonreí.

- Tú eres la que se engaña a si misma pensando que el sultán te volverá a llamar - dijo mientras caminaba a la puerta - espero que no te decepciones cuando está noche me llame a mi - sonrió y salió.

¿Decepcionarme? Creo que ella será la decepcionada cuando selim me llame a mi hoy a sus apocentos y que a ella jamás la vuelva a llamar por qué eso era lo que pasaría a partir de ahora, selim es mío, nadie cambiaria eso y si alguien lo intenta, lo destruiré, tal y como dijo la sultana Mihrimah.

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