Capitulo 45

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Nurbanu

Mi relación con Selim había mejorado notablemente, pero por alguna extraña razón sentía que con la llegada de la princesa, esa relación que habíamos formado se rompería un poco.

Quizás era por el hecho de que no ha pasado más de dos días desde que ella llegó, pero al parecer han pasado mucho tiempo juntos, aún así, me mantengo tranquila por el simple hecho de que Selim ha venido a verme, siempre ha encontrado tiempo para mí y se que puedo ir a sus aposentos cuando desee, pero hay algo que no me deja tranquila.

- Sultana - canfeda entro a mis apocentos junto con mi hija.

- Mi amor - sonreí y la recibí en brazos para darle.un beso.

Ella solo sonrió y se acurrucó en mis brazos.

- La pequeña sultana parece tener sueño, pero no hemos logrado que durmiera, pensamos que quizás quería estar con usted - comento.

- Déjame con ella, cuando esté dormida la llevaré a su habitación - expliqué.

Ella asintió y se fue.

No pasó mucho tiempo para mi hija se durmiera, parecía que de verdad tenía mucho sueño, demasiado diría yo.

Salí de mis apocentos para ir a los de mi hija y dejarla ahí con su cuidadora, yo iría a ver a Selim.

- Si se despierta, llámenme, parece estar algo inquieta - dije.

Asintió y salí de la habitación para ir a los apocentos de Selim, pero a diferencia de las otras veces, está vez, los guardias encargados de la puerta me detuvieron.

- Sultana, nuestro sultán está ocupado - dijo uno.

- ¿Ocupado? - pregunté confundida.

Selim no estaba ocupado cuando se trataba de mi, sonaba arrogante, pero no era mis palabras, si no, las de él mismo.

- Si sultana.

- ¿Que hace? - me atreví a preguntar cruzando mis brazos en mi pecho.

- Sultana eso...

- No, mejor lo averiguo yo misma.

Trate de entrar, pero otra vez me detuvieron y aunque sabía que mis acciones estaban mal, entre a la fuerza a la habitación de selim.

Apenas puse un pie en la habitación lo que ví no me gustó para nada, no era precisamente ver eso y no se trataba de mi o mis celos porque Selim estaba con la princesa Ana, creo que cualquier mujer odiaria ver a su esposo de esa manera con otra mujer, aunque olvido el hecho de que selim no es un hombre cualquiera, si no que es el sultán, pero aún así, yo tampoco soy una mujer cualquiera, soy su esposa, por lo tanto, tengo todo el derecho.

- Nurbanu - Selim se alejo de la princesa de inmediato.

- Lo sentimos mi señor - se disculparon los guardias.

Selim nego con la cabeza e hizo una señal con las manos para que se retiren.

- Parece que verdaderamente estás ocupado selim - hablé con ironía atreviendome a tutearlo frente a la princesa, la cual parecía sorprendida.

- No es lo que parece - dijo de inmediato y se acercó a mi.

- ¿No lo es? - pregunté desafiante.

- Disculpe que me meta su majestad, pero no creo que la forma en la que entró la señorita nurbanu sea la correcta, irrumpió en su habitación cuando claramente se le dijo que no lo hago, es una falta de respeto hacia usted y tambien hacia a mi, muy aparte de su tono de voz con la que se dirige hacia usted, soy una princesa y aún así no me atrevo a hablarle de esa manera - dijo la princesa altaneramente.

- Nurbanu es una sultana, no una "señorita" - aclaro Selim serio - usted es una invitada, ella es MI ESPOSA así que le voy a pedir que se retire - hizo una leve énfasis en la palabra "mi esposa" lo cual me hizo tener una pequeña sonrisa arrogante en el rostro.

El rostro de aquella princesa era un completo poema, estaba con una mezcla de disgusto, sorpresa, incredulidad y molestia.

- Su majestad yo....

- Princesa, comienzo a creer que la que no conoce su lugar es usted, le recuerdo cuáles fueron mis palabras antes de que mi esposa entrara a mis apocentos, espero le haya quedado claro porque la próxima vez no serán solo palabras, le tengo aprecio porque se que usted se llevaba muy bien con mi madre, pero si va a causar problemas entre mi esposa y yo o mal entendidos como el de ahora, entonces me veré obligado a mandarla de regreso a su hogar.

La voz de selim era completamente seria, ahora la princesa estaba completamente sorprendida.

- Me disculpo, solo dije lo que pensaba respecto a las acciones de la sultana nurbanu - trato de justificarse y está vez me llamo sultana.

- Se lo vuelvo a repetir, nurbanu es mi esposa, todo en este palacio - negó con la cabeza - no, todo lo que está bajo mi poder, también esta bajo el suyo, por lo tanto, las acciones de mi esposa no son para nada incorrectas, ella puede hacer lo que guste cuando ella crea que sea necesario, ahora se lo diré una vez más - la mire directamente a los ojos - retirese - culminó.

Ella estaba completamente enojada, tanto que incluso un lado de su labio estaba fuertemente apretado por sus dientes, hizo una reverencia y se fue completamente molesta.

- Vaya, parece que si se enojó - dije con ironía mirando la puerta.

- ¿Me vas a explicar por qué entraste de esa manera? - preguntó, pero no en tono molesto.

- ¿No que no te molestaba? - pregunté con una sonrisa.

- Nurbanu - suspiró con pesadez - no importa que hagas, te defenderé frente a cualquier persona y estaré a tu lado, sin importar las circunstancias - aclaró.

Sus palabras habían sido buenas, sin duda, pero aún no se me olvidaba porque estaba un poco molesta.

- Selim - me acerque a su rostro mirándolo a sus ojos - ¿Por qué ella estaba tan cerca? - pregunté.

- ¿Esos son celos? - preguntó y pude notar la leve burla en sus palabras.

- Lo son - aseguré.

- Ella se acercó y antes de que entraras de esa manera tan arrebata yo había dejado claro que no estoy interesado en ella.

- ¿Enserio? - pregunté acercándome más.

- Enserio - respondió mirando mis labios.

- Entonces eso está muy bien - me acerque más dejando nuestros labios rozando - ¿Debería darle un premio su majestad? no vemos hombres tan fieles como usted - moví mi cabeza a los lados buscando provocar a Selim, a pasado un tiempo desde que hago esto, demasiado diría yo - ¿Que opina usted? - pregunté.

- Opino que es una buena idea - dijo cerrando los ojos y poniendo sus manos en mi cintura.

Sonreí habiendo conseguido mi objetivo, ya me había explicado lo de la princesa, aún así, yo seguía con una ligera molestia así que me separé abruptamente de él.

- Entonces me prepararé para ello, me retiro, que tenga una linda tarde, nos veremos más tarde - le di un beso fugazmente y salí lo más rápido que pude, no sin antes ver su expresión sorprendida .

Todo el camino hacia mis apocentos estuve con una sonrisa triunfante y por dentro estaba muy satisfecha con mis acciones, era lo mínimo que se merecería y extrañamente la inquietud que tenía respecto a la princesa estaba algo aliviada, me alegraba que está vez no haya sido como esperaba.

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