Ante eso Amity se extrañó, —¿qué hora es?—.

—Bueno, justo ahora son las siete— dijo Luz tranquilamente.

—Vaya, estuve fuera un par de horas— dijo Amity con cansancio.

—No es para menos, el entrenamiento bajo el sol nos dejó agotadas, y luego este... estrés con tus padres terminó contigo— le dijo Luz.

—Y te tengo aquí cuidándome, debes estar cansada también— dijo Amity volviendo a acostarse, pero sin soltar la mano de Luz.

—Estoy bien. Pero si, ahora no sería ideal para mí una maratón ni nada por el estilo— mencionó ella bromeando.


Amity la miró, negó con la cabeza divertida. Era bueno tener a Luz aquí.


Entonces, sonó su celular.

Vio cómo Luz buscaba en sus bolsillos y sacaba el aparato.


—¿Hola? — contestó, —oh, mami... si... todo bien... bueno algo así...— dijo mientras la miraba —si, ya sé que es tarde, pero Amity me necesita...— de pronto se quitó el celular de la oreja y tapando un poco el micrófono le preguntó —¿crees que pueda quedarme?—.


Amity miró sorprendida a su novia, pero asintió de inmediato, probablemente no sería un problema para su Abue.


—Yo, le explicaré también todo lo demás, ¿me esperas aquí o...? — estaba pidiendo ella cuando Amity interrumpió de inmediato.

—Pon el altavoz, podemos explicarlo entre las dos, necesitaremos toda la ayuda que podamos, de todos modos— le dijo mientras le hacía un espacio a Luz para que también se recostara en su cama.


Pudo notar un brillo en la mirada de Luz antes de acercarse y recostarse también.

Pasaron la siguiente hora hablando con Camila sobre la situación en la que estaban involucradas ahora. 


. . .


Estaba hecho, había conseguido que Alador y Odalia se sintieran mal por su postura ante la relación de Amity, haciéndolos prometer que mañana mismo hablarían más calmados con su nieta.

Además de aclarar algunos otros temas...


Ya se había hecho tarde, a juzgar por la noche que se asomaba en su ventana.

Se dirigió a la cocina para ver si tenía algo para cenar.

Viendo por la ventana que daba a la entrada pudo distinguir todavía el automóvil de esta chica Luz.

Se preguntó si Amity seguiría durmiendo.

Viendo que, en efecto, había sobrado un poco de la comida de ayer, decidió ir a llamar a las chicas para cenar.


Subió las escaleras y tocó a la puerta de su nieta.

—Adelante— escuchó la voz de Amity.

—Mittens, ¿está todo bien? — dijo asomando la cabeza y distinguiendo una escena bastante conmovedora en su opinión.

Luz estaba dormitando abrazada a su nieta, y Amity simplemente estaba paseando su mano por la espalda de la chica en leves caricias.

Aunque parece que interrumpió más de lo que quería, porque al escuchar su voz Luz se enderezó de inmediato y se levantó de un salto de la cama.

—Señora Blight, ¿cómo se encuentra? — dijo ella bastante nerviosa.

Amity miró a Luz extrañada antes de mirar a su Abue directamente, —Abue, ¿puede quedarse Luz hoy?—. 

La mujer se sorprendió un poco ante la petición, pero accedió de inmediato, —seguro, de hecho, venía a decirles si querían cenar —. 

Ante la mención de la comida el estómago de Luz emitió un sonido característico del hambre. Ambas mujeres Blight rieron con ganas ante una avergonzada Luz.

—Tomaré eso como un sí— dijo la abuela.

—Abue— llamó Amity.

Ella la miró directamente, su nieta estaba buscando sus palabras.


—Mis padres tienen un problema con la empresa por lo de Luz y yo, y...— empezó a explicar ella, desmotivada.

Su Abue la interrumpió —ya me enteré Mittens, está bien, tus padres lo solucionarán— aseguró ella con confianza, —además, los convencí de hablar contigo más tranquilos mañana, no puedo creer todo lo que te dijeron— para este momento la mayor Blight se encontraba indignada.

—Gracias Abue, de verdad lo digo— aseguró Amity conmovida, vaya que quería a su Abue.

Su Abue le devolvió la mirada con cariño a su nieta —las espero abajo— les dijo mientras cerraba y se iba.


Amity y Luz se quedaron de nuevo a solas.


—¿Por qué hiciste eso? — preguntó Amity burlonamente.

—Yo, no sé, creo que me puse nerviosa— replicó Luz avergonzada.

Amity la miró divertida pero no insistió, —vamos, que yo también tengo hambre— finalizó la conversación.


Ambas bajaron y pasaron una agradable velada con su Abue.


Más tarde Luz y ella pudieron descansar tranquilamente, una en los brazos de la otra.


Se solucionaría, tenía que.



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Aprendiendo a ser [Lumity]Where stories live. Discover now