Capitulo 11

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Despues de ese día Porchay pensó que las cosas se pondrían extrañas en la oficina pero no. Su jefe actuaba con total normalidad, autoritario, distante y frío a veces, siempre con prisa y muy ocupado. Y cuando estaba completamente perdiendo la esperanza, lo llamo para revisar unos últimos documentos antes de irse.

-¿Qué necesita señor?- pregunto entrando a la oficina y cerrando la puerta.

-Tengo que revisar si entendiste bien unas cosas, sientate- preocupado pensando que habia hecho algo mal fue rápido a sentarse en el sofa.

Kim se acerco rápidamente con ese semblante serio hasta quedar a centímetros de su rostro. Solo para verlo bajar la vista hacia lo que Chay supuso eran sus labios, los humedecio en un reflejo, provocando qué su jefe mordiera su propio labio inferior antes de besarlo nuevamente. Aun cuando fue tomado por sorpresa, no tardo en reaccionar para permitirle más acceso. Separandose despues de unos movimientos.

-Creo que si entendiste.. no del todo pero.. te puedo seguir dando demostraciones- le respondió relajado y con una sonrisa.

-Lo siento..- no sabia que responder a ese comentario. Su jefe lo había vuelto a besar, esta vez había sido más largo.

-Toma- le entrego una caja rectangular- Se vera precioso en ti- Porchay la abrió encontrando una cadena con un cristal verde esmeralda colgando.

-Esto.. señor- intento devolverlo, estaba cruzando demasiado la línea.

-Ya terminaste tu horario- Kim tomó la caja y saco el accesorio- No soy más señor director, ni señor Kim- se puso de pie rodeando el sofa- Solo soy Kim- le puso el accesorio delicadamente en el cuello.

-Pero.. no le pedí esto- comentó intentando no sonar grosero.

-Lo se pero quise dártelo- le susurro al oido- en verdad se ve lindo en ti- dejo un pequeño beso en su cuello.

-Esto está mal señor- se separo de él nervioso y se puso de pie.

-¿Por que?- pregunto de pronto cambiando su lenguaje corporal a la defensiva- ¿Quien dice? Dame una razon-

-Soy su empleado, la gente va a hablar, no debo cruzar esa linea- respondió.

-Ah..- se acerco relajado de nuevo- No te preocupes por eso, se que te gusta- rodeo su cintura con un brazo pegando su cuerpo.

-Es mi jefe- respondió, sintiendo el calor corporal del otro hombre.

-¿Y? Eso no significa que no pueda sentir atracción por ti- su mano libre subió a su mejilla- se que también la sientes por mi.. me gustas Porchay- aprovecho la distancia para besar su mejilla- ¿Yo te gusto?-

-Señor..- respondió intentando mantener la calma.

-Kim, te dije que me llames así cuando no estamos trabajando... dime.. ¿No te gusta?- bajo por su mandibula- ¿Esto te molesta?-

-No..- admitió con un suspiro.

-Entonces.. ¿Te gusto?- pregunto nuevamente levantando su rostro para verlo.

-Si..- susurro siendo ahora él quien veía los labios de Kim.

-Y tu a mi- se acerco a besarlo nuevamente- eres tan lindo..-

Se besaron en el sofa un poco más hasta que sonó el teléfono de Kim, cambiando su expresion a una más seria. Debía volver a casa, había un detalle con el vigilante del edificio. Eso le había dicho así que dieron por terminado su día cuando llevo a Chay a casa también.

Las cosas se repitieron, Porchay se sentía culpable, eso estaba mal pero ese hombre le gustaba tanto que era capaz de aceptar verse un par de horas después de trabajar solo para poder besarse con el un rato. Era increíble, besaba delicioso, tan seguro, confiado, un hombre alrededor de 7 años más grande que él, era excitante lo que podía ofrecerle su experiencia a alguien nuevo en esto como él. Era su secreto mejor guardado y así estaba bien. Macau solo iba a juzgarlo si se enteraba.

Camina conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora