Naturalmente, mientras esperaban a que regresara, todos los demás se ocuparon en diferentes asuntos. Ina y Viggo jugaban con su papá, mientras Solveig estaba practicando con su espejo, cuando escuchó que desde la habitación de al lado, Delph y Aren hablaban de las espumosas: —¿Entonces, si son fantasmas de las sirenas que mueren por culpa de los humanos, no deberían solamente querer encontrar a su asesino para vengarse?

—Sí, pero probablemente el que tengan esa habilidad para sentir su presencia tenga qué ver con querer deshacerse de varios para evitar que otras sirenas sufran por las acciones de los humanos. Aunque como espumosas son demasiado frágiles para lograrlo la mayoría de veces, pero aun así es un objetivo fijo para ellas.

—Entonces, ¿qué tal si aprovechamos eso para poder investigar la causa de que ahora estén apareciendo con más frecuencia?

—¡Aren! ¡No voy a dejar que corras peligro! Además, el tío Google dijo que ahora que Solveig tiene la edad suficiente, puede empezar a acompañarlo a las reuniones de los hechiceros, así que ella puede investigar otras opciones.

—Bien, eso es cierto. Tu hermanita es muy capaz, así que probablemente halle una solución.

Solveig estaba escuchando atenta, habiendo dejado de lado su espejo. No había pensado en investigar sobre las espumosas al hablar con los otros hechiceros, pero era una buena idea. Sin embargo, también le preocupó no encontrar una solución y que por tanto, Aren decidiera ponerse en riesgo para ayudar a resolver este caso. No tanto porque el híbrido le preocupara, sino porque Delph también se arriesgaría por seguirlo, o incluso si no lo hacía, sin duda sufriría viendo a su compañero exponerse al peligro.

Solveig se quedó pensando en esto por un rato, pero la vocecita de Viggo la interrumpió: —¡Mami! ¿Qué fue lo que encontraste en la isla?

Anémona estaba cruzando la puerta de la habitación, ya de vuelta, y sonrió para su familia, a pesar de que no había conseguido mucho de utilidad: —Sólo han visto una espumosa, y no han vuelto a aparecer desde hace meses. Pareciera que comprendieron que no pueden encontrar ayuda ni venganza en Toivonpaikka.

Ari suspiró, pero no dijo nada.

Unos meses más pasaron, cubriendo el resto de la primavera y verano sin ninguna novedad al respecto de las espumosas, pero entonces llegó de nuevo el equinoccio de otoño. 

En esta fecha era cuando los hechiceros, no sólo aquellos de especies que habitaban el agua, sino también los que poblaban los demás elementos, se reunían, siendo por esta razón la confluencia más importante del año para ellos. Como siempre, el tío Google, aunque no tenía planeado viajar a ningún lado aún, se unió a la visita, y en esta ocasión, por primera vez dejaría que Solveig lo acompañara, aunque al ser aún una niña, también debió llevar al resto de la familia. Incluso, para poder llegar rápidamente creó un portal, por donde él, Ari, Anémona, Solveig, Ina, Viggo, Delph y Aren, llegaron al instante hasta el interior del Alcázar del pandemonium, cerca de donde se encontraba la familia de Muntu, quienes desde luego se alegraron de verlos, por lo que los recibieron amablemente.

Debido a que habían llegado temprano y después de los saludos correspondientes, entre los mayores hubo una charla bastante extensa, en que, entre otros temas, Anémona y Ari explicaron con un poco más de detalle a Osun y Akhona la situación actual acerca de las espumosas, incluyendo el incidente en que las fantasmas intentaron atacar al joven híbrido. Pero mientras tanto, Solveig, Muntu y los mellizos se juntaron para jugar.

Al estar en un espacio grande pero concurrido, se sentaron los cuatro, juntos, en el borde de una de las ventanas del lugar, aunque no pasó mucho para que solamente Ina y Viggo fueran los que se quedaron jugando, ya que Muntu notó que Delph no estaba cerca de ellos como era lo normal, y preguntó por esto a Solveig, que respondió encogiéndose de hombros: —Debe estar cuidando que no le pase nada a Aren. Es muy imprudente, así que mi hermano tiene que seguirlo a todos lados.

El astro de las profundidadesOnde as histórias ganham vida. Descobre agora