Introducción

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¿Alguna vez escucharon hablar de Toivonpaikka? Puede que sí, puede que no. Es un país poco abierto a entablar intercambios con otras naciones.

Pero, ¿han oído hablar de las sirenas? De seguro que sí. Aunque no son seres de los que se sepa mucho a ciencia cierta, las leyendas se han encargado de esparcir cierta fama.

Antes de que vayan a pensarlo, les aclararé que las sirenas no viven en Toivonpaikka, pues esta es una isla, y ellas habitan en la vastedad de los océanos. ¿Entonces por qué mencionas aquella nación? Se preguntarán ustedes. Pues porque cerca de allí existe un pequeño poblado submarino, el cual suele estar habitado por las sirenas solamente en la época de verano, a veces más tiempo cuando hay alguien en recuperación de alguna herida, enfermedad o nacimiento, pues siendo una especie viajera, la mayor parte de las sirenas no tienen un lugar fijo para vivir, moviéndose constantemente.

Y, a pesar de tener un sistema de escritura, la mayoría de sus conocimientos son transmitidos a través de sus canciones, que además de compartir ideas y sentimientos, les ayudan a ejercitar sus poderosas voces y sentido del oído, fundamentales para la ecolocalización que a menudo los guía en sus travesías.

Los humanos de Toivonpaikka son afortunados de poder convivir con las sirenas y con otros seres mágicos que viven en aquella isla, pues no cualquiera tiene la oportunidad de conocer las historias que resguardan en sus cantos. Pero sobre todo, los hechiceros, personas quienes sin importar su especie, han elegido dedicar su tiempo a comprender la magia, son los que pueden aprovechar con más amplitud las enseñanzas de todo relato.

Sin embargo, no por eso se guardan el conocimiento para sí mismos, sino que lo comparten con el resto de la gente cada que es necesario. Por ejemplo, en el día del estreno de la ópera "Las mareas de la magia", basada en la vida y obra de la hechicera más sobresaliente de la historia de la magia entre las sirenas, mientras la gente mayor estaba distraída comprando boletos y especulando sobre la composición, además de tomándose selfies para presumir junto a los anuncios del estreno, un grupito de niños y niñas, que acompañaban a sus papás y familiares al estreno, había comenzado a discutir.

El motivo de la desavenencia era que, como los infantes desconocían los detalles de la historia, no comprendían la emoción de los mayores, y tratando de completar sus conocimientos, habían juntado lo que entre todos sabían de aquella hechicera, resultando en varias contradicciones de unas versiones con otras.

Al notar esto, un señor se acercó a los pequeños para calmar los ánimos: —No peleen, calma. Yo les voy a contar cómo sucedió todo eso, o al menos la mayor parte. ¿Están de acuerdo?

Los pequeños se miraron entre ellos y luego al mayor, asintiendo: —Cuéntenos, queremos saber.

El señor entonces sacó de su bolsillo un cuaderno, y abriéndolo en una página cualquiera, donde había unas manchas de tinta que mágicamente reaccionaban a sus palabras formando dibujos impresionantes, comenzó a narrar:

El señor entonces sacó de su bolsillo un cuaderno, y abriéndolo en una página cualquiera, donde había unas manchas de tinta que mágicamente reaccionaban a sus palabras formando dibujos impresionantes, comenzó a narrar:

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El astro de las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora