9.1 [Jimin]

1.2K 223 86
                                    


He empezando todo esto diciendo que mi vida perfecta dejó de ser tan perfecta en el instante en el que Yoon Gi hizo acto de presencia en ella. Lo dije porque estaba seguro de que mi mansión, mis coches y mi estricta disciplina me daban la felicidad que tanto deseaba. Sin embargo, la noche en casa de Yoon Gi lo cambió todo.

O casi todo.

Me siguen molestando los rayones del coche, no nos vamos a engañar. Además, cada vez que sale del aparcamiento me regala uno nuevo, pese a que me esfuerzo por separarlo y darle margen de sobra para que abra esa puerta del infierno que, con sinceridad, espero que algún día se le descuelgue. Así terminaría mi sufrimiento.

Tampoco me atrevo a bajar mis cerámicas de las alturas ni, por supuesto, permito que toque una lavadora si hay algo mío dentro. Paso de ver millones de wones hechos añicos en el suelo y no estoy dispuesto a que la mitad de mi armario se transforme en ropa de diseño para el novio de la muñeca Barbie. Y me siguen inquietando sus sudaderas, esas que parece que ha sacado de un club de adoradores del demonio, la comida aguada y cruda que hace y el desorden impresionante en el se mueve por la vida.

Todo eso sigue igual, salvo por el importante hecho de ya he aceptado que no sufro estrés, he descartado ir al psiquiatra y he comprobado que no le busco por un simple deseo de cordialidad vecinal.

No. Para nada.

Lo que ocurre es que me he enamorado. Estoy loco por ese tipo caótico que siembra la destrucción allá por dónde va y, ahora que sé que él también me quiere, estoy dispuesto a convivir en la eterna imperfección con tal de estar su lado.

Adoro su desenfadada personalidad y las ingeniosas bromas que se saca cuando menos me lo espero, su sensibilidad ante los sentimientos de los demás y con los animales y su forma de mirarme, tratarme, besarme y acariciarme, como si yo fuera una especie de cristal precioso que desea cuidar. Por eso he hecho unos cuantos cambios en mi organización semanal, algunos buenos y otros, quizás, no tanto.

Lo primero ha sido echar el cierre definitivo a mi finca. Es una superficie inservible a la que apenas voy y ahora dudo mucho que vuelva. Lo segundo ha sido darle vacaciones a mi asistenta y a mi cocinera y desactivar la tecnología de mi piso, salvo la de la habitación secreta de mi ordenador. La mayoría del tiempo estoy en casa de Yoon Gi y me parece absurdo mantener tanto gasto energético.

Los Lunes por la tarde sigo yendo al Club Social de Empresarios, aunque Yoon Gi piensa que acudo allí porque me dedico a invertir en bolsa y necesito estar al día de lo que se cuece por la Alta Sociedad. Eso fue lo único que se me ocurrió decir con cierto sentido para justificar que alguien con un origen tan humilde como yo vista de Dior y tenga tantos coches en el parking. Por cierto, sobre eso, ahora solo conduzco el que recibe los rayones rojos. Por nada del mundo quiero sacar otro y que me lo golpee, lo manche de migas de comida cuando se siente de copiloto o derrame el café instantáneo en el asiento. Lo digo porque todo eso ya lo ha hecho. Y varias veces.

También he seguido el consejo de Tae Hyung. Solo acepto trabajos de hackeos en red y los realizo durante la semana, en el tiempo en el Yoon Gi también está ocupado, porque quiero aprovechar el resto del día para estar con él.

Creo que esa es la parte negativa del cambio que implica estar enamorado. Nos conectamos a la misma hora de modo que seguirme la pista se le ha hecho más fácil y prácticamente a diario me veo en la necesidad de tirarle virus o desconectar el ordenador de la corriente porque ha logrado desbloquear mis barreras y se me ha metido en el sistema.

Eso me estresa. Mucho. Y los mensajes que me deja todavía más.

"Ya sé que vives por mi barrio".

PERFECT 《YoonMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora