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Ꮺ ָ࣪ capítulo 28 𓂃

–Estoy a nada de arrancarles la cabeza.

Hyunjin susurraba al escuchar cómo la familia Jung insultaba sin descaro al rubio.

–Tranquilo, no me afecta. – El rubio tomó su mano para salir de aquellas asfixiantes oficinas.

Los mayores esperaban en la cafetería del lugar, les tendieron un café a cada uno para calmar un poco sus nervios.

–Sungchan finalmente es Yang.

Todos sonrieron ante las palabras dichas por Jeongin, todo había tardado horas, horas en las que los abuelos abogados de Sungchan, después de aceptar la custodia para Jeongin, habían vuelto a hacer un gran drama para negarle la misma argumentando que el niño estaría mejor con ellos que con esos "Niños sin futuro".

–Me alegro de que todo se arreglara, ya quiero conocer a ese pequeñito. – Jaemin recostó sus cabeza sobre el hombro de su pareja. –¿Le gustan los juguetes o prefiere otras cosas? ¡Ay, quiero llenarlo de regalos!

–Le gusta dibujar, tiene juguetes, pero prefiere sentarse y dibujar lo que sea que tenga en frente. – Jeongin tomó un sorbo de su café, contestando algunas preguntas de parte de su padre, quien leí los documentos que afirmaban la custodia total y el cambio de apellido de Sungchan.

–Entonces le compraré materiales para que dibuje.

Hyunjin sonrió agradecido, conversaron un rato más hasta que decidieron irse, en el estacionamiento se encontraron con Sorn, quien les regaló una enorme sonrisa y se acercó a ellos.

–¡Felicidades, Jeongin! – La rubia abrazó al mencionado, ambos sonrieron. –Sabía que podrían llegar a esto, esos viejos son unos idiotas al pensar que ganarían el juicio.

–Bueno, en parte fue gracias a ti, de verdad gracias Sorn. – Hyunjin estrechó la mano de la mujer, sonriéndole en agradecimiento.

–No hay de qué chicos, es mi trabajo.

Se despidieron y finalmente los cuatro regresaron a casa de Jeno.

–Tu habitación sigue tal y como la dejaste, claro que de vez en cuando Yeri la limpia para que no acumule polvo. – Jeongin entró al lugar, admirando nuevamente la decoración de adolescente que esta tenía. –Tú y Hyunjin pueden usarla, claro que si les incomoda aún tengo otra habitación de invitados.

–No, no, está bien así, gracias, papá. – Ambos Yang se abrazaron con cariño, hacía mucho tiempo que no compartían un abrazo así en aquella casa, donde Jeongin creció desde que era un bebé.

–Estoy orgulloso de lo que has logrado, bebé. – Jeongin sonrió y hundió su rostro en el pecho de su padre. –Tu madre estaría orgullosa y feliz de ver cómo has crecido.

–Me gustaría que estuviera aún aquí y conociera a Hyunjin y a Sung...

Jeno limpió las pequeñas lágrimas del menor, regalándole una sonrisa antes de besar su frente con cariño.

–Sea donde sea que esté, estoy seguro de que está mirándote con una sonrisa orgullosa.

Ambos, padre e hijo, compartieron unos minutos más entre los brazos del contrario; Jaemin ayudó a su novio a preparar la cena mientras Hyunjin y Jeongin descansaban un momento.

–Me gustaría traer a Sungchannie a la ciudad, estoy seguro de que le gustará.

Ambos chicos estaban recostados sobre la cama de la habitación mirando el techo como si fuera lo más interesante del mundo, Jeongin tenía su cabeza recostada sobre el brazo de Hyunjin, quien acariciaba con cariño los cabellos rubios del menor.