Capítulo 6

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2017

Cuando llegamos al pueblo después del incidente fuimos directamente al hospital, sabíamos que Marc ya estaba muerto, pero no sabíamos dónde más acudir. Enseguida nos anunciaron que no podían hacer ya nada por él. Poco después llegó la policía. Nos pasamos toda la tarde y gran parte de la noche en comisaría. Mi tía también estaba allí, pero, al ser familiar, no dejaron que fuera ella la que nos atendiera. Mientras bajábamos de la montaña acordamos qué diríamos a la policía, ya que no queríamos parecer sospechosos de su muerte. Una cosa la teníamos clara, no podíamos decirles lo que en realidad había ocurrido, ya que nos tomarían por locos. Nadie se creería que de repente un humo negro con vida propia había salido de la nada y con solo atravesarlo había hecho que su corazón dejara de latir.

Para que no hubiera huecos o vacíos en la coartada de cada uno contaríamos toda la verdad, desde que habíamos ido a ver la estatua de Anur, a que nos perdimos y Marc subió a esa roca para ver dónde quedaba exactamente el pueblo. Y que, cuando bajó de la roca, de repente se desmayó y al cabo de poco dejó de respirar.

La peor parte fue ver a los padres de Marc en comisaría, llorando desconsoladamente y exigiendo saber qué había ocurrido exactamente. Su hijo estaba sano, así que no había razón para que sufriera un ataque al corazón o algo por el estilo. Sin embargo, la policía se limitó a decirles que aún no sabían la causa de la muerte, pero que ya estaban trabajando en eso. Pero para unos padres que acababan de perder a su único hijo de la noche a la mañana, sin razón alguna, eso nunca sería suficiente.

Ya de madrugada, mi tía y yo, al igual que mis amigos, nos fuimos a casa. Estábamos muy cansados y necesitábamos descansar y pensar, sobre todo pensar.

- Sé que ha sido un día duro –dijo mi tía, cuando yo ya subía las escaleras hacia mi habitación. -No pienses más en ello, mañana será otro día.

Yo asentí y cuando me dispuse a seguir subiendo los peldaños, mi tía habló de nuevo:

- Emma, si necesitas hablar o contarme algo, ya sabes que me tienes a tu disposición. A veces hablar con un desconocido de algo tan duro es difícil. Así que, aquí me tienes.

- Gracias –contesté, sonriéndole débilmente. En aquel momento pude haberle contado la verdad de lo sucedido, era posible que mi tía me creyera, quería creer que me creería. Sin embargo, si hubiera debido o no contado la verdad en ese momento, nunca lo sabré. Sin embargo, en lugar de soltarlo todo, preferí guardarlo en mi interior y subí a mi habitación.

Me acerqué al cristal y observé el exterior. O más bien, observé la silueta oscura de la montaña. La gente del pueblo decía que era peligrosa porque podías perderte y aún más con la niebla, además de que había alguna manada de lobos. Sin embargo, no podían llegar a imaginarse lo verdaderamente peligrosa que era. De los secretos tan escondidos que había tras ese oscuro sota bosque. Secretos y antiguas historias que alcanzaban más allá de nuestra comprensión y entendimiento. Historias, que jamás deberían ser contadas.

Me acosté en la cama y, aunque traté de dormirme, no pude dejar de pensar en todo lo sucedido. Lo que había visto al tocar la estatua de Anur, la diosa de la vida, lágrimas que proporcionan salud y bienestar. Y esos ojos, tan fríos y claros y tan llenos de un odio inimaginable. Porque, a medida que las imágenes habían pasado por mi mente, en mi interior también había sido todo un caos, un caos de sentimientos. Desde tristeza y felicidad, al más profundo odio de todos. Para acabar sintiendo tan solo el vacío de la muerte. No sabría explicar muy bien cómo se siente ese hecho, pero de alguna forma, supe que lo era. Al igual que supe, que esos ojos glaciales, eran los portadores de tales atroces sentimientos y sensaciones de vacío.

Y luego estaba lo que había matado a Marc. Lo había visto desde que era muy pequeña, en el subconsciente de mis sueños. En él aparecía como un ser inofensivo y yo siempre lo había visto como alguien que se encontraba solo y vacío. Y, aunque yo de pequeña quisiera hacerme su amiga, algo me decía que ese sentimiento de soledad no era posible de llenar. Sin embargo, hacía mucho tiempo que no soñaba con eso y, la misma noche de llegar al pueblo, había vuelto a soñarlo. Y, encima, dos días después, había ocurrido lo imaginable. Lo había visto en persona, a ese ser. Era igual que en el sueño, igual de oscuro y perturbador. Sin embargo, no lo veía como algo agresivo, no hasta que había atacado y matado a Marc. Así que, ahora, ¿en qué debía pensar? Mi mente estaba confusa, nada tenía sentido, no aún.

Las Lágrimas de AnurWhere stories live. Discover now