Capítulo 15

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José Manuel se bañó tomándose su tiempo, por eso a salir del baño se encontró con Isabel dormida nuevamente, eso lo tranquilizó, enfrentarse a esa realidad me había golpeado muy duro.

Se sentó en el cómodo asiento de la habitación desde donde se podían ver todas las luces de la ciudad, con la cortina apenas un poco abierta de su lado para no molestar a Isabel. Un pensamiento tras otro estuvo llenando su mente, por suerte se quedó dormido pero no supo ni cuando, solo sabía que escuchaba la voz de Isabel en sueños ¿o no era un sueño?
Se obligó a abrir los ojos y ahí pudo darse cuenta que no era un sueño, era Isabel ante el, muy cerca. La vio mover los labios pero no le entendió.

José Manuel: ¿qué? dice confuso.

Isabel: ¿que, que demonios haces aquí? Estás super incómodo.

José Manuel: Ahhh bosteza y se asoma por la ventana, una luz lo molestó así que corrió la cortina sin embargo se pudo dar cuenta que aun era de noche, debieron haber pasado solo un par de horas Creo que me quedé dormido... Pero no, no está incómodo aquí.

Isabel: Ay por favor, a mi no me engañas con eso, dormí más de tres años en un sofá cama, gracias a eso tengo que dormir con una almohada especial ahora... Anda ven a la cama -lo jala por más manos.

José Manuel: Si, ya voy se resiste a levantarse aún, es ahí donde se da cuenta que llevaba puesto un camisón muy bonito que enseguida le hizo volar su imaginación solo antes tengo que ir al baño.

Isabel: Le suelta las manos exhalando Está bien, pero no tardes, hace frío... se gira y se mete a la cama, subiéndose con el edredón hasta el cuello.

José Manuel suspira y se levanta, va al baño, hace su necesidad, se asea y todo, procura tardarse lo más posible para volverla a encontrar dormida y parece funcionar pues al salir no escucha una palabra, nada y ella daba la espalda a lo que sería el lugar de él. Con muchísimo cuidado se mete a la cama quedando boca arriba. Soltó el aire pensando que la había librado pero ni un minutos después Isabel se movió corriendose hasta su lado, buscando su brazo y tirando de él para que la abrazara de cucharita.

Isabel: Te dije que tenia frío...

José Manuel: Es... Es verdad, lo siento cariño... estaba tenso, ahora definitivamente no iba a poder dormir, tenerla así entre sus brazos despertaba cosas en él.

Isabel: Descansa esposo.

José Manuel: Dulces sueños... Esposa.

La sintió exhalar y poco después quedar dormida, el por su parte busco pensar en algo más para relajarse y así dormir, cosa que le funcionó muy bien y en el transcurso de la noche estuvieron cambiando de posición pero siempre abrazándose el uno al otro.

Día siguiente
Hotel Bellagio, suite nupcial.
14:15 hrs.

Llegaban a la habitación cargados de bolsas, por compras de ambos.

Isabel: Qué bueno que vinimos sin equipaje dijo un tanto divertida.

José Manuel: La verdad es que si, es siempre buena idea hacerlo si se planean este tipo de compras.

Isabel: Pues yo ni planee nada, fuiste tu así que, buena idea se gira mirándolo, tenía una bonita sonrisa y se la estaba regalando solo a él Gracias se acerca hasta estar a centímetros de distancia, lleva las manos a su pecho y se pone de puntitas. Cierra los ojos a medida de que acerca a su rostro al de él pero pudo ver que él también los cerró.

Comenzaron a besarse de manera lenta, sin ninguna prisa, reconociendo la textura de sus labios, encontrando unas diminutas diferencias pero nada negativo, al contrario, ambos eran ya más conocedores de lo que estaban haciendo y no dudaban en sacar sus mejores movimientos.

La mujer de los Álvarez Where stories live. Discover now