12.5 - Llamados por los dioses (parte II)

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Para Nevan fue gracioso dejar Papeles luego de tantos días

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Para Nevan fue gracioso dejar Papeles luego de tantos días.

No le agradó tanto el frío pero cuando comenzó a andar por las calles bajo las miradas hostiles de los elfos que encontró de paso no pudo evitar sonreír. Era increíble la cantidad de tiempo libre que esa gente tenía entre manos considerando que desperdiciaban tanto poniéndole atención a alguien como él.

A decir verdad estaban inflando su ego.

<<Es como estar de vuelta en la academia.>>

—Jaja...

Merath se giró levemente hacia él al escucharle reír, pero se limito a hacer una mueca con las cejas y continuó avanzando en silencio.

La oficina del comandante Eid'Viaj estaba en una de las dos torres centrales de la fortaleza, y el camino hasta allí estuvo lleno de guardianes que les miraron raro a medida que pasaban por allí, aunque la mayoría parecían tener prisa pues siempre salían corriendo.

Por las cosas que gritaban o hablaban en voz alta Nevan concluyó que debían estar teniendo muchos problemas luego del anuncio de lo ocurrido en Exilio.

Solo podía imaginar lo que la muerte repentina de un grupo de peligrosos convictos podía significar para ellos, especialmente considerando que la guardia de la fortaleza debían mantenerles vigilados en todo momento.

Fuera de eso Nevan se limitó a seguir a Merath el silencio, subieron largas escaleras y cuando llegaron al último piso tuvieron que esperar cerca de quince minutos pues había alguien gritando dentro de la oficina.

Nevan no pudo distinguir las palabras, y tras unos murmullos la puerta se abrió de golpe y de esta apareció un rostro familiar.

El guardián Ab'Edel, el mismo que había molestado a Balnok días atrás y con quien Nevan había discutido, salió dando zancadas y agitando un puño cual chiquillo en medio de una rabieta.

Sin embargo su expresión quedó congelada en cuando vio a Nevan esperando junto a Merath.

—¡Tú-...!

—Ahora no.

El elfo que siempre iba tras él le sujetó de los hombros y le obligó a avanzar hacia las escaleras, mientras Ab'Edel se quejaba e intentaba liberarse sin demasiado éxito.

Nevan miró a Merath en busca de una explicación, pero su acompañante parecía tan confundido como él y se limitó a encogerse de hombros en silencio antes de señalar la puerta abierta hacia la oficina.

Merath entró primero para anunciar que estaban allí y luego de un breve intercambio dejó que Nevan entrase. Al hacerlo lo primero que vio fue al hombre en cuestión junto a la ventana observando la tormenta.

De cerca el comandante Eid'Viaj era más imponente, sus ojos verdes parecían extrañamente opacos y su cabello grisáceo le sumaba años a pesar de lo bien peinado que iba.

La Balanza de Itier | El Legado Grant IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora