XXIV. Una cita al atardecer

1.2K 153 48
                                    

•          ☆  .       .            .             .       . ★       •       .

.      .     •          .     ✧     •             .        .                       .

•           .      .            ☆  •          .            .          •           •

. .  ✧     .         •   .          .         •    .            . •   .                               . • .★

Brasil - Rio de Janeiro
══════════════════


Hinata Shōyō caminaba con paso firme en dirección a Praia do Flamengo. Dobló en la esquina y salió hacia la vista impresionante de la playa brasileña. No demoró mucho en llegar hacia el club donde se habían conocido por primera vez con Oikawa, y avanzó hacia la orilla en dirección hacia este. Aquí también habían canchas de voleibol y algunos reconocían a Hinata a pesar de estar camuflado.

Finalmente, llegó a un camino rodeado de altas palmeras. El sol se ocultaba detrás del mar, la golden hour caía sobre su pelo naranja simulando las brasas de una fogata. Caminó hasta quedar a unos dos metros de un sujeto de espaldas, castaño y alto con ropa casual. Hinata sintió nervios y cólera al mismo tiempo, carraspeó para decir.

—¿Oikawa-san?

El recién llamado se volvió en su dirección, al verle su mirada se suavizó, se posó en la silueta del pequeño e incluso caminó hacia el con una sonrisa.

—Si viniste...— murmuró entre dientes.— Viniste... sabía que vendrías...— pero al ver el rostro serio del menor, se quedó quieto a un par de pasos de él. —Shō...— el colocador quería tocarle

—Ya estoy aquí, ¿qué es lo que deseas Oikawa?

Ni siquiera usaba el honorífico característico del japonés, Tōru sabía que el pequeño estaba molesto, pero el tenerle frente a él le daba una esperanza. Ignoró su tono desafiante y prosiguió con una sonrisa.

—Shō-chan... no sabes cuánto te he extrañado, yo-

Hinata dejó de cruzar los brazos, arqueó una ceja y se señaló sorprendido. Incluso soltó una pequeña carcajada, no creyendo lo que el joven argentino decía. —¿A mi? ¿Dices que me has extrañado?

Tōru paró en seco, pregunto inocentemente, como si hace más de un mes no hubiera dicho cosas horribles a Hinata. —Ah... ¿acaso tú no me extrañaste?

—No. No después de como me trataste en la azotea de ese hotel. Realmente, estaba todo bien hasta que apareciste de nuevo. ¿No te dije acaso que no me buscaras? Sabias que si te ibas, todo se acabaría.

Oikawa lucía herido por sus palabras, contestó casi en un susurro. —... No tienes por que ser cruel, Hinata.

—A ti no te importó serlo conmigo.

Oikawa suspiró cansado, aquello realmente no estaba saliendo de acuerdo a su plan. Aunque sabía que seria difícil luego de lo que ocurrió y como se dieron las cosas.

—Shōyō-kun, escúchame. Sé que las cosas se salieron de control pero... creo que este tiempo lejos el uno del otro sirvió para aclarar la mente... podríamos... ir a un lugar más privado para hablar. —Se acercó a el, tomó su brazo ligeramente musculoso y lo acarició lentamente. —Puedo invitarte a cenar para conversar de algunas cosas.

LLORA, ME LLAMA [KAGEHINA]Where stories live. Discover now