XVII. Se acabó

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Brasil - Rio de Janeiro
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Las puertas del ascensor se abrieron, el aire cálido y el olor a mar le golpeaban en la cara a Hinata. A lo lejos pudo ver una silueta muy esbelta y reconocible a simple vista, la luz era tenue y no había nadie más que ellos dos. Se acercó temeroso.

—¿Oikawa-san?

—... Hola Hinata.— dijo fríamente al darse la vuelta y encontrarse con el pequeño.

Tōru iba con un pantalón de vestir, camisa floja blanca abierta en el pecho y tirantes a juego. Su olor a jazmín y frescor carísimo llenaba el ambiente, un olor que antes hipnotizaba a Hinata, ahora le causaba un poco de miedo.

—¿No bajarás a la fiesta? — preguntó Hinata tratando de ser casual.

—No, solo he venido por una cosa. — Oikawa le hizo una seña para que se acercaba y fueran a uno de los extremos del edificio. Desde ahí se podía ver el mar y las calles con farolas.

—Bien... ¿qué ocurre?

Oikawa no soportaba tanta naturalidad en el pequeño.

El mayor se acercó hasta estar a escasos centímetros de él, y sin esperárselo, le robó un beso en los labios.

Hinata abrió los ojos sorprendido, sintió la lengua caliente de Oikawa recorrer la suya mientras tiraba del cuello de su camisa y fundía sus largos dedos de la mano libre en las hebras de su cabello. Pero el beso duró poco y fue algo brusco, Hinata correspondió al final. Se apartaron sin dejar de mirarse.

Las respiraciones estaban algo agitadas y normalmente, luego de besarse así, no podían quitarse las manos encima. Pero ambos percibieron que había algo diferente en el otro.

—¿Y eso... qué fue?

—Esa fue la despedida.

Un escalofrío le recorrió la espalda a Hinata. —... ¿Qué?

—Ya me oíste Hinata, rompiste tu promesa y sabías lo que sucedería si lo hacías. —Dijo Oikawa alejándose de él.

Hinata pasó saliva y apretó fuertemente sus puños, se giró y habló un poco más fuerte. —¿Que la rompí dices? No tuve nada que ver con Kageyama.

—Los vieron.

—¿Huh?

—Sé lo de Ipanema, sé que se besaron. Y no trates de negarlo.

Hinata arqueó una ceja. —Nos... ¿no estabas siguiendo?

—Obvio no, pero me entero de cosas. Aquí todos hablan de ti, no es difícil.

Hinata rodó los ojos fastidiado. —No nos besamos, sólo lo llevé a conocer Ipanema. — Hinata suspiró. —¡Solo somos amigos, Oi-san!

LLORA, ME LLAMA [KAGEHINA]Where stories live. Discover now