Capítulo final. La vida puede ser efímera...

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La vida puede ser efímera...

Dia de la operación.

Alison.

Me encuentro sentada en la mesa del cuarto donde me la he pasado toda la semana. Aproveche que tengo energía y le pedí a la enfermera que vino a darme la revisión diaria un papel y una hoja, estoy escribiendo cartas a las personas que quiero mucho. Una a cada uno, mi papá, mamá, William y otra más para Ariana que ha estado en todo mi proceso.

Hacer esto no se refiere a que estoy segura que voy a morir y tengo claro que no es lo que deseo, he aprendido que la vida es tan hermosa que a mi corta edad sé que puedo dar más de mí en este mundo y conocer muchas cosas. De igual forma quiero estar prevenida para el peor de los casos. Que tenga un mínimo recuerdo mío es poco, pero se que ellos lo verán como un tesoro.

Oficialmente, es el día de mi operación y en el que sabré si el destino decidió que tenía que continuar viviendo o que ya cumplí mi ciclo en la tierra y debo partir. De solo imaginar la segunda opción, un vacío dentro de mí llega y en nudo en la garganta toma protagonismo. No quiero irme todavía, deseo seguir conociendo el mundo, estar al lado de mis padres y tener mis dedos entrelazados con los de William viviendo más momentos hermosos que no cambio por nada del mundo.

Esta semana la he pasado toda en el hospital, no he hecho muchas cosas, pero sí las que para mí son lo más importante que es estar acompañada de las personas que más quiero. Por eso deseo dejarles mensajes que les recuerden a mí. No lo digo en forma de resignación, sino porque hacerme la ciega en este punto de mi tratamiento sería muy tonto de mi parte.

"Cuando aceptas tu realidad, todo es más fácil y sabrás cómo llevar el proceso". Esa frase la aprendí de un libro que leí y tenía razón. Ver la manera que estoy tomando la situación me hace enorgullecerse más de mí misma.

Will ha estado en exámenes y valoraciones, ya que se debía encontrar perfecto de salud y poder donar su médula ósea.

William entrará una hora antes al quirófano para la extracción de células madre tarda un poco y luego voy yo a operación hoy mismo.

El resto del tiempo que le quedaba libre estaba a mi lado para recordarme lo mucho que me ama, contándome historias, leyendo y hablando de todo para que pasen un rato agradable y lo ha logrado como siempre. Ya Ariana me advirtió lo que podía suceder en la operación, tengo el cincuenta por ciento de salir viva de aquel quirófano como ese mismo porcentaje de morir. Y hasta el propio William está en peligro, es una cirugía riesgosa. Eso sí, me da un poco de temor, pero trato de pensar en lo positivo y que todo saldrá bien.

Si le hubieran dado esa noticia a la Alison que llegó aquí hace un año, sola, con miedo, que todavía no comprendía lo que está sucediendo en su vida y sobre todo no quería aceptar la realidad que en ese momento la abarcaba. Claro que hubiera estado llorando, negando y gritando diciendo no a todo esta locura y su miedo le habría ganado la batalla de no querer hacer nada.

Pero hoy la Alison, que ha pasado por tantas crisis emocionales, que ha estado llorando en su habitación por horas preguntando donde estaban los seres que más amaba. Esa misma Alison que ha sufrido dolor físico y mental como nunca se imaginó y esa que conoció a un ángel que le dio la mano cuando más la necesitaba y no la dejo hundir en ese hoyo negro que estaba a punto de caer. Ofreciendo una propuesta que ha sido la mejor cosa que me ha pasado.

Después de todo ha sucedido en mi vida en ese transcurso de tiempo, puedo decir que no le temo a morir ni mucho menos al resultado que tenga en destino preparado para mí una vez entre al quirófano. No niego que me siento un poco nerviosa, pero he aprendido a volver esa debilidad mi aliado y siempre trato de llevarlo al lado positivo para que no sea el vencedor de mi mente. Hoy, dieciocho de marzo del dos mil veinte tres, cualquier cosa puede suceder y se que estoy lista.

MI ÚLTIMO DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora