Capítulo 8

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Es hora de iniciar.

Alison.

Una semana después de haberles dicho a mis padres que aceptaba tomar el tratamiento, es hora de comenzar, así que en este momento nos dirigimos en el auto hacia el hospital principal de la ciudad, para tener los detalles completos del tipo de cáncer que se encuentra en mi cuerpo y qué etapa está.

Estos últimos cinco días he sentido varios síntomas que nunca me había percatado como lo era el dolor de cabeza, el cansancio y uno nuevo sangrado nasal, mi energía y motivación no es la mejor, pero hay sigo.

Tengo miedo y mucho para ser sincera, pensar en todo los procedimientos que me harán me pone peor, investigar y conocer la leucemia, es algo que nunca imagine vivir y lo siento por todas esas personas que pasan por esto. No es fácil y más cuando tu sabes que hay una alta probabilidad de morir.

Solo quiero esperar que todo este esfuerzo que haré, el dolor que sentiré, los momentos difíciles que pasaré, sean recompensados saliendo de esta con éxito, no quiero haber tomado una mala decisión, perdiendo mi poco tiempo.

Un rato más tarde, veo como mi padre estaciona el auto al frente del hospital, así que despegó mi cara de la ventana, me desabrocho el cinturón y abro la puerta para salir, quiero irme de este lugar lo antes posible. Me bajo del coche y espero que mis padres hagan lo mismo, mientras salen, poso mi mirada en el sitio donde pasaré ahora mucho tiempo.

Es grande y insípido como todos con un letrero en la facha con su nombre, siento hasta miedo, sé solo verlo, sé que debo parecer una tonta de tenerle pánico a un lugar como este, pero no me es fácil, ya que en mi mente llega todo lo que sucederá en el y comienzo a temblar.

—Cariño no te olvides que estamos aquí — habla mamá posándose a mi lado y poniéndome la mano en la espalda, para comenzar a sobarla.

—Lo sé, es solo que no me siento preparada —digo con preocupación.

—Menos nosotros, mi niña, pero hay que hacer — ahora mi padre es el que habla posándose a mi derecha.

—Es que todo, esto no es fácil y me da mucho miedo —las lágrimas amenazaban por salir.

—Lo entendemos, pero no podemos esperar, entre más se retrase esto, menos probabilidades de que te salves.

Que diga esas palabras no es como que me den mucha moral, ya que lo único que me recuerda es que lo más probable es que muera, cada cosa me mortifica más que la anterior, pero tiene razón, sino comienzo hacer esto desde ahora, después no se podrá, así que me reconforto a mi misma, me paro derecha.

—Vamos —determinó con seguridad.

Con ello nos dirigimos hacia la entrada del hospital, apenas pasamos la puerta, mi padre se separa de nosotros, averiguar donde es mi cita mientras, mi madre y yo nos quedamos paradas cerca del ascensor.

Comienzo a mirar a mi alrededor y no hay mucho que decir de un hospital, todos sabemos como es, hay sillas para sentarse a esperar, esta la recepción que hay dos mujeres, las puertas y paredes blancas, alguna que otra planta decorativa, lo único que podría resaltar del lugar, es la fuente que hay en la mitad del sitio, es hermosa y tiene luces azules que la hacen ver mejor, pero de igual manera sigue siendo insípido.

Unos minutos después papá vuelve y nos dice en donde me atenderán, así que nos dirigimos hacia el segundo piso.

Cuando las puertas del ascensor se abren nos encontramos con un lugar parecido al de abajo, pero la diferencia de este es que no hay recepción, tiene un ventanal que da a la calle, muchas sillas y por último un pasillo largo con puertas a ambos lados de este.

MI ÚLTIMO DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora