Capítulo 24. Deseo seis.

56 8 2
                                    


Deseo seis: Un viaje en helicóptero.

Ciento ochenta y tres días con el tratamiento contra la leucemia.

Alison.

—Papá, estoy bien —repito como milésima vez.

—Alison nos vamos a ir para allá y ya no importa nada —habla mamá.

—No, tranquilos que todo va de maravilla.

Miento, pero es lo que tengo que hacer, eso me dice mi cabeza que es lo correcto y seguiré en mi posición.

—No creemos nada, así que nos iremos —ahora habla papá.

—Saben que no me agrada eso, ya lo hemos dialogado — le recuerdo y pone mala cara.

Hace una hora que me llamaron y solo ha sido para decirme una y otra vez, que ya no aguantan más y que se vendrán conmigo, porque no me pueden seguir dejando sola, que han pasado cinco meses y ya no quieren esta distancia.

Claro que los necesito a mi lado, pero volvemos en que todavía no se si logre salir victoriosa de esto y de no más imaginar que ellos no tengan la mente ocupada, si no paso esta prueba todo lo vuelve a que solo deseo esperar que lo puedan hacer cuando logren los permisos requeridos de sus trabajos y ya. No es lo que más me agrada, pero es lo mejor. Por eso trato de demostrarme bien ante ellos, aunque no sea la realidad.

Hoy se cumple el primer mes de terapia dirigida y sin duda alguna me he sentido como una mierda, hace dos días que tuve la última del mes y todavía siento los estragos de la sesión. Los dolores se han vuelto mucho peor que cuando me hacía la quimioterapia, este tratamiento, cada día se pone más difícil, sin duda alguna.

Will siempre ha estado ahí para mí, abrazándome, siendo mi roca y diciendo que soy fuerte y atendiéndome como si fuera una princesa que necesita la mayor atención del mundo. Cada minuto que paso con el, es para demostrarme que es el hombre más hermoso de la tierra y que lo amo con todo mi corazón, nunca pensé que un sentimiento se pudiera desarrollar tan rápido, pero lo comprendí cuando él llegó a mi vida y me lo demostró.

También me hizo conocer lo que se siente estar enamorada, al principio sentí extraño como mi corazón iniciaba a latir más rápido con él, o mi estómago se revoluciona de una forma que no sé explicar. Pero con el pasar del tiempo, sentir vibrar todo tu cuerpo y sentirte segura cuando estás cerca de esa, persona, no poder apartar la vista de él porque sabes que es lo que te hace olvidar de lo malo y llevarte a otro planeta, ese nerviosismo al tenerlo cerca, o como se te eriza la piel con tan solo un roce. Y sobre todo esto sentirte tu misma estando al lado de aquel personaje que llega a ti, viendo como te pone atención a cada cosa por más tonta que digas. Es un sentimiento que jamás pensé tener y que ahora no quiero dejar de vivirlo.

Para mí el enfermero de ojos azules, es muchas cosas y nunca quisiera soltar su mano que me da la calidez y seguridad que solo William sabe darme.

—Alison, te estamos hablando —me regaña mi madre tras la pantalla y devuelvo mi atención a ellos.

—Si.

Ya ni me acuerdo cuál era nuestro tema.

—Te dijimos lo que va a suceder y ya no hay vuelta atrás —dice papá casi como orden y recuerdo todo al instante prendiendo alarma.

—No lo harán y punto.

Reitero negando con la cabeza, pero me tengo cuando el mareo llega.

Ahora los síntomas se manifiestan por cualquier bobada y como se me acabó el medicamento peor, por eso es que Will no se encuentra en este momento conmigo, fue a la clínica por más, para que logre mejorarme.

MI ÚLTIMO DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora