Capitulo 19. Segundo Deseo.

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Deseo dos: Un lugar que sepas que me traerá paz y a ti también lo hace.

Noventa y dos días con el tratamiento contra la leucemia.

Alison.

—¿Estás preparada, para conocer más tarde tu segundo deseo? —pregunta el enfermero mientras caminamos por los pasillos del hospital hacia la salida.

—Estoy es ansiosa, porque no me has querido decir cuál será — reclamo.

—No lograrás nada si es lo que piensas con ese berrinche —asegura negando con la cabeza y metiendo sus manos en los bolsillos de su saco.

—Ni que me importara —me da una sonrisa que no puedo evitar seguir.

Estábamos en la cita de control para conocer el avance de mi estado de salud con algunos exámenes que me hicieron ayer. Por lo que me dijo Ariana, todo va bien, pero no se puede dar un diagnóstico exacto con tan solo sesenta días de tratamiento. Eso no me agrada mucho, lo único que deseo en estos momentos es que esto ya termine, a veces siento que no voy a poder, y más cuando el dolor es el protagonista de mi cuerpo.

Ayer se cumplieron dos meses de mi tratamiento contra la leucemia, y lo único que puedo sacar como conclusión de todo esto, es que odio esta enfermedad y deseo despertar de del maldito sueño que me encuentro, que va logrando volverme mierda y que por las noches me hace replantear si tome la decisión correcta.

Este mes con exactitud fue uno en donde el dolor no hizo falta ni un solo día y más cuando me encuentro en la sesión de quimioterapia. Sé que Ariana y William me dijeron que todos los síntomas eran normales. Ya que mi cuerpo se está adaptando al medicamento que se encuentran suministrando para combatir las células cancerígenas que viven en mí.

Pero lo que nunca dijeron fue que estos síntomas llegan con todas las fuerzas para fastidiar mi existencia, el dolor de cabeza, náuseas, mareo, vómito, debilidad y cansancio fueron los que se hicieron notar en todo el maldito mes. No hubo día en el que alguno de estos no estuviera como protagonista del día. Y ni hablemos de lo que padezco en plena sesión de quimioterapia cuando siento que me están clavando un tornillo en la cabeza.

A eso agreguemole que mi apetito ha estado de los más vago por así decirlo, nada me entra porque las náuseas y ácido en mi estómago llegan al instante para hacerme devolver los alimentos. Pero de igual forma me toca comer a la fuerza, puesto que mi cuerpo se encuentra débil y no puede estar con el estómago vacío y mucho menos cuando el medicamento es agresivo por lo avanzada que se encuentra la leucemia. En esos momentos me meto a mi cabeza porque y para quién estoy haciendo todo esto y me aguanto el sufrimiento, merezco estar bien y ser feliz para poder comenzar mi aventura en el mundo y descubrir lo que me gusta y no.

Esto ha sido muy duro en muchos sentidos, agregaremos uno más, la ausencia y separación con mis padres, así que he decidido tomar una experiencia y una prueba más en mi vida. Porque, como había dicho, tener la independencia emocional con ellos era muy duro y no debía ser así. Con el pasar de los días he logrado entender y comprender que había hecho mal, pero de igual forma sigue doliendo y muchos. Ahora, para no sentir ese dolor que es más grande que todo y no ponerme a llorar, apenas hablo con ellos en videollamada y que no vea lo mal que me encuentro, trato de cortarlas lo más rápido posible.

Claro que cuando finaliza no puedo evitar llorar y hacerme esa mi pregunta que me he hecho desde que estoy en este lugar ¿Por qué me sucedió esto a mí?, Ese dilema siempre estará dentro de mí. Jamás tendré la respuesta por lo que veo y es peor de lo que pienso no hacerlo. Llorar y sentir que no vales nada y por lo que te sucede no se lo deseo a ninguna persona.

MI ÚLTIMO DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora