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Desde que te fuiste no festejo mi cumpleaños, no festejo nada en realidad
Las ganas de despertar desaparecieron de mi vida, de reír, y hablar cuando dejaste de entrar por esa puerta todos los días.

Te extraño, eso ya los sé y quiero verte eso duele también, ¿será posible que regreses solo para evitar nuestra despedida? Pará poder correr a ti y detenerte como en las películas, besar mte y luego susurrar a que sin ti no sería nada y así te quedaras a mi lado.

¡Cliché! Grito ahora, cuando en realidad quisiera estar en tus brazos y olvidándome de todo con tus besos.

Se acabaron las palabras bonitas, el amor infinito y el sabor dulce de la vida, cuando: tu aroma hizo falta a mis pulmones, tu calor a mi cuerpo, tu lado de la cama empezó a estar vacío y las comidas empezaron a ser monótonas y solitarias.

—te extraño.

Y el simple hecho de extrañarte ya es Cliché.

Taehyung se encontraba en una cita, su amigo soobin le había conseguido una cita con un pintor reconocido, se enteró que tenía un amor hacía el arte así que busco un buen candidato que fuera artista, así al menos tendrían algo de que hablar y no sería un fracaso como los demás alfas.

Su lobito no dejaba de estar a la defensiva con cada palabra o movimiento de Seojoon.

No huele rico.

No me gusta su nombre.

No me gustan sus manos.

No es delicado.

Sus chistes son aburridos.

NO,NO,NO. ¡VÁMONOS!.

Cálmate, intentemoslo.

¡ME NIEGO, NO ES MI ALFA!

Esas palabras de su lobito lo hicieron estremecer, dos años habían pasado, dos años en los que min yoongi sigue muy clavado en su corazón, dos largos años en los que no existiera un solo minuto que no lo extrañará, dos años en los que sigue esperando que su alfa lo busque como se lo prometió.

El ya lo busco pero yoongi no apareció, incluso en una temporada tuvo mucho miedo de si algo malo le sucedió pero sus sospechas desaparecieron cuando Jieun le comento que ya había hablado don jimin.

Se disculpo con el alfa y se fue directamente a su departamento, era el último piso y eso lo hacía tener una gran vista, en su sala; colgaba un hermoso cuadro grande con un retrato de él, tenía la firma de yoongi.

Jieun se lo mando una vez yoongi ya se había ido de Corea.

Suspiro derrotado y saco una botella de vino junto a una copa, se sentó en su sofá y tomo la primer copa mientras veía su rostro plasmado en esa hermosa pintura, el sonreía genuinamente ¿Desde cuándo no lo hacía así?

Era feliz, llevaba una vida tranquila y bastante ocupada, salía con amigos y disfrutaba de todo lo que ahora es, pero siempre falta algo. No importa cuan grande sea la felicidad de su nueva vida, volvería a pasar por todo aquello solo para estar en los brazos de su hyung una y mil veces más.

— Te extraño...

Los susurros con las mismas palabras no cesaban hasta que una lágrima resbaló por su mejilla, la limpio bruscamente y sonrió a la nada.

— prometí que no lloraría más.— se levantó y fue a su habitación.

Estaba en pijama cuando su timbre sonó, se pregunto quién podía ser a esa hora así que tomo bate con el que a veces jugaba béisbol y fue a la puerta, lentamente abrió y lo único que lo recibió fue un enorme ramo de girasoles y margaritas, una pequeña canasta con dulces y chucherías en la en medio de todas las deliciosas golosinas estaba una rosa roja bastante hermosa.

Las mando Seojoon, pensó.

El problema con el Omega no eran los alfas, soobin no tenía la culpa al buscar un alfa que valga la pena para si amigo y los alfas tampoco tenían la culpa de que su lobito no los quisiera, a veces se sentía culpable puesto que él sabía que no llegaría ni a un beso con esos alfas.

De todas las citas que ha tenido solo a un alfa le ha dado un beso, y ahí fue cuando descubrió que nadie iba a hacerlo sentir de la misma forma tan especial que su hyung lo hacía sentir, ninguno hacía latir su corazón, ninguno hizo a su lobito bajar la guardia, ninguno despertó el deseo de estar a su lado como yoongi.

Taehyung disfruta su vida, y mucho.
Pero la amaría si fuera de la mano de su hyung.

Sin darse cuenta se había quedado de cuclillas observando el regalo, desganado tomo primero la canasta que era más pequeña y fue por fin que noto que traía una pequeña notita.

Te encontré♡

Su rostro se transformó en una mueca de confusión, no, no podía... Su lobito inmediatamente movió la cola, se tiro de espalda y mostró su pancita, el ligero -casi imperceptible- aroma a moras y alcohol.

De pronto las hermosas flores le gustaban más, las golosinas parecían más deliciosas y sus ojitos mieles inspeccionaron todo el pasillo, salió corriendo en busca del mensajero.

El debía saber algo de su alfa, el desconocido que posiblemente llevo los regalos lo ayudaría a encontrarlo, sin importar su aspecto, luego de haber metido las flores a su departamento.

Salió corriendo, sus pantuflas de conejito se la hacían difícil pero no le importaba, su bata iba abierta y una pijama de seda, que consistia en un short corto y una camiseta blanca se veían.

Esto no importaba, claro que no, no cuando el amor de su vida estaba cerca y después de dos años podía volver a verlo, no causno su corazón latía tan rápido, cuando su lobito estaba desesperado por salir, cuando el ascensor llegó al primer piso, el lobo blanco de tamaño pequeño salió corriendo mientras agudizaba su olfato.

Corrió sin saber a dónde, las pocas personas veían asombrados al animal Omega, no es que sea nada del otro mundo pero por lo general las personas dejan salir sus partes animales en campos o bosques.

Dónde estás...

Aquí está, lo sé.

Llegó a una calle algo solitaria, era un residencial bastante alejado y solitario ya que era para personas más ¿Pacíficas?

Caminó y lo siguió buscando, a lo lejos una sombra se vio caminado, no era muy distinguida pero algo les decía que debían correr hacia él.

De pronto, la persona volteo, viendo unos ojos bastante conocidos para él, llenos de lágrimas. ¿Por qué lloras?

— ¿Cachorro...?























¡Primero!

¡¿Les gusto?!

Perdón por la demora, he estado tan ocupada que ni siquiera tiempo de ordenar mi cuarto tengo 🥲






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