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En realidad

Las risas no faltaban en su mesa, eunwoo le contaba contaba como se peleó con una señora por una bolsa en una tienda de ropa.

— ¿La lograste conseguir?— indagó luego de la divertida historia, su Omega sonrió y asintió repetidamente.

— mira, es preciosa— la mostró y Jungkook se fijó que era igualita a unas que taehyung tenía en casa, la de su Omega era de pompones negros mientras que taehyung tenía de muchos colores pasteles e igualmente de pompones.

— es... Linda.— dijo dudoso, realmente no le importaba, el solo quería seguir admirando el rostro pálido y muy hermoso de su muñequito.

El celular de Jungkook vibró y Jungkook disculpándose, se levantó y contesto.

— ¿Qué quieres?

— Hola alfa, yo... Quería pedirte permiso para salir al parque ¡Prometo no tardar!

La voz dulce y apenada del Omega para Jungkook solo resultaba molesta y chillona.

— No, quédate en la casa, si quieres algo tienes empleados que pueden salir por tí.

Y colgó.

Mientras el siguió disfrutando de un bonito día con eunwoo, Taehyung se la paso escribiendo en un cuaderno que uno de los empleados de Jungkook le compró, ellos no hablaban con él a pesar de que incontables veces ha intentado conversar con ellos.

Lo que el pobre omegita no sabe es que esos chicos tienen completamente prohibido siquiera mirarlo, a menos que les pida algo que implica salir, ya que si su jefe se enteraba los despediría.

Pero ellos morían por hacerle una buena compañía a su jefe Omega, cuando les pedía jugar a las escondidas o dar un paseo por el jardín,comer juntos o escuchar música, querían reír y ver reír al pequeño taehyung, pero si lo hacían se quedarían todos sin empleo.

La noche de nuevo cayó pero Jungkook no llegó, taehyung lo esperaba con la cena lista pero en ningún momento apareció por la puerta, el Omega deprimido supuso que sería una de esas tantas noches o días que no llegaba a dormir.

— quizá tiene trabajo...

Desde su ventana observaba su piscina, se veía tan limpia y las flores que la rodeaban la hacían lucir incluso más linda, parecía un cuento de hadas.

Taehyung era el príncipe encerrado en su castillo.

Un príncipe muy infeliz, pero manipulado por su villano... Taehyung muy en el fondo desea salir y encontrar la felicidad que tanto sueña.

Pero algo lo mantiene atado, algo poderoso y que ni el mismo puede controlar, algo que lo hace morir si se aleja y lo ciega completamente de la realidad tan triste y  que no merece, pero que ahora vive.

Amor.

El amor que siente por Jeon Jungkook; no jugaba cuando le entrego su corazón, se lo dió todo sin reproche.

lastima que su esposo no supo apreciar el tesoro por el que muchísimos piratas navegaba años por intentar llegar a el y  morían por encontrar y poseer, pero él solo se lo obsequio a uno, el no sabía que era el alfa más afortunado del mundo al tenerlo.

Pero el cuento no ha terminado y el dolor que nuestro príncipe no sabe que tiene en algún momento lo sentirá tan palpable en la piel que le quemara, el simple hecho de respirar dolerá, querrá morir con todas sus fuerzas y le reprochará a la vida el hacerlo sufrir a él, el que tan bueno fue, el que su único pecado en este mundo es estar ciego ante el amor

Solo esperemos que cuando el momento de que nuestro príncipe abra los ojos, la verdad tenga aunque sea un poquito de piedad con él y no lo haga morir en agonía.

¿Taehyung soportará la realidad?

Pero Jungkook, oh pobre Jungkook..

Jeon Jungkook, prepárate, porque el corazón no piensa dejarte descansar.

Taehyung bajo a paso lento, encendiendo todas las luces posibles a su paso, le tiene miedo a la obscuridad.

Jungkook prometió estar todas las noches juntos para que sus miedos desaparecieran, pero eso al igual que el simple hecho de la idea de un matrimonio real, se disipó con los días.

— buenas noches, me acompañan a la piscina por favor— los hombres abrieron las puertas y caminaron detrás de él.

Taehyung llevaba su álbum de fotos abrazado y se sentó en una esquina de la piscina cómodamente, volteo a ver a los alfas que estaban detrás de él

— No le vayan a decir a jungkookie de esto por favor — ellos asintieron y por fin lo  abrio para ver sus bonitos recuerdos.

Se estuvo la mayor parte de la noche sentado o nadando en la fría pero refrescante agua, sintió un mundo diferente al estar ahí, no tenía frío en realidad, las estrellas se veían tan bonitas y la luna brillaba intensamente.

Una hermosa noche.

A la mañana siguiente; su esposo llegó y se encerró en su estudio todo el día, el Omega disfrutaba desde afuera del lugar aspirando el poco aroma de su alfa  que la enorme puerta dejaba pasar.

Cualquier error será corregido al final de la historia ✨

¡NO! Where stories live. Discover now