JinSoo

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Hace media hora estoy con la señora Giselle en este edificio, me presentó a varias personas, fotógrafos, vestuaristas, maquilladores entre otras personas que trabajan aquí, ella es un verdadero ángel, su manera de caminar es segura, parece muy joven como para creerle que tiene un hijo y que ese hijo sea Kim Seok Jin, con tan solo pensarlo me revuelve el estómago.

—Ji-Soo, mañana puedes venir, tenemos que hacer medidas del traje y las estilistas te tienen que ver para ver que puede combinar mejor con tu rostro y el perfume. También mañana vendrá mi querido hijo y se podrán conocer.— dijo ella, mientras seguía caminando hacia el ascensor.— Voy a ver como te va en este evento, y si me gusta tendrás un contrato de por años en esta empresa.

Sonreí muy feliz. He estado esperando un trabajo que me guste y sea duradero por años, así podré ayudar a mis padres y talvez poder consentirlos al igual que a mi hermano menor.

—Le prometo que seré lo más profesional posible.— sonrió mientras que dentro al ascensor junto con Giselle.

—Claro querida. Algo me dice que no me decepcionarás.— dice sonriendo. —Será mejor que comas algo y vallas a dormir, mañana te quiero temprano aquí, alrededor de las ocho de la mañana para poder desayunar y hablar contigo hasta que sean las diez de la mañana en donde vendrá el equipo.— dice mientras que mira la tableta.

Llegamos al último piso y salimos, me dirigí a la salida y di una reverencia para salir algo emocionada del lugar, era ya muy tarde, pero por estas cosas valía la pena. Espero contarles a mis padres, ellos estarán felices.

[. . . ♡ . . .]

Estaba subiendo la calle empinada para llegar al puesto de pollo en donde todavía estarían mis padres. Ellos trabajan casi las veinticuatro horas al día, son personas trabajadoras, ya estaba en frente de la tienda y entre, habían varias personas en las mesas y mi hermano menor atendiendo a todos los clientes.

—Sooya, cariño llegaste.— dijo mi padre quien me vio desde donde estaba la freidora.

—Annyeonghaseyo, papá, mamá.— dije mientras que dejaba mi cartera en uno de los asientos vacíos.

—Ji-Soo, tardaste mucho. — esta vez fue mi madre quien alistaba las cajas para entrega domiciliaria. — Ve a cambiarte y ayúdanos por favor hija.

—Claro.

Subí las escaleras hasta el segundo piso y entré a mi habitación. Aún no podía creer que haya estado en una de las empresas  importantes de Seúl, importadora de más de diez mil perfumes. Me sentía feliz, me cambié de ropa y bajé casi corriendo.

—Esto lleva a la mesa diez.— dijo mi padre mientras que me daba un pedido para dicha mesa.

Con cierto cuidado llegué a la mesa con el pedido y lo dejé.

—Disfruten de su pedido.— di una reverencia.

—Gracias Ji-Soo.— hablo aquel hombre que sonreía alegre mientras que jugaba con su hijo menor y el otro era un adolescente que me sonreía.

—Gracias Sooya.— dijo él sonriendo.

—No hay de que, Samuel.— dije mientras que me despedía de aquella mesa dirigiendome de nuevo al estante.

Empecé con los demás pedidos aquí, mientras que mi hermano hacía entregas domiciliarias, a veces ayudaba a freír y otras cosas.

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⏰ Last updated: Apr 06, 2023 ⏰

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Mi novia es una niña// LiskookWhere stories live. Discover now