Advertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse.
este capítulo contiene smut
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Convivir en pareja fue todo un caso. No había que malinterpretar sus palabras, pues Jimin estaba muy feliz de estar con Jungkook y tenerlo a su ladito varias horas al día. Pero había algunas costumbres animalescas que le provocaron varios pre-infartos las primeras semanas.
Por ejemplo, hubo una ocasión en donde Jimin se quedó dormido en el sofá mientras leía uno de sus libros de universidad, y cuando despertó, quiso levantarse para ir a la cocina. Somnoliento y medio dormido todavía, pegó un grito cuando se dio vuelta y vio a una enorme pantera frente a él. Su primer instinto fue agarrar el enorme libro y lanzárselo.
La pobre pantera chilló y Jimin, sentándose, razonó que fue Jungkook quien recibió un golpe con su libro.
―¡Por dios, Jungkook! ―Jimin llevó su mano hacia su pecho, sintiendo sus latidos desbocados. La pantera se transformó en un humano, y Jungkook comenzó a sobar su hombro, donde le llegó el libro―. ¡Me asustaste!
―Yaaa, perdón ―se quejó Jungkook―, es que te vi dormido y me dieron ganas de subirme encima de ti.
―¡¿Subirte encima de mí?! ―exclamó.
Jungkook lo miró como un cachorro, así que Jimin empezó a sobarle la marca enrojecida en su hombro, sabiendo que le saldría un moretón pronto.
Al inicio no lo entendió, pero Jungkook se lo pidió, y al final, era que el alfa quería subirse encima suyo como un gatito y ser acariciado. Resultó algo incómodo por lo grande que era y casi lo asfixio un poco, pero con el pasar de las semanas, se acostumbró a eso.
Aunque cada vez se pasaba un poco más. Jimin no lo notó porque le gustaba acariciar la cabecita de Jungkook y oír sus ronroneos de gusto. Mientras veía televisión, la pantera solía quedarse dormida, emitiendo unos suaves rurururu que incluso le daban un poco de sueño a él. Pero pronto Jungkook empezó a subírsele más encima, ahogándolo bajo su peso y pidiendo más cariñitos en su cabeza y lomo.
―¡Oye, para! ―chilló Jimin cuando comenzó a darle lengüetazos en la cara con su aspera lengua―. ¡Eso duele, Jungkook!
Pero la pantera no se detenía y le lamía las mejillas con más ganas. Al final, cuando volvió a ser humano, Jimin tuvo que agarrarlo a regañinas, pero se conmovió un poco cuando notó la expresión compungida y las orejitas caídas de su novio. Siempre terminaba cediendo por eso.
Tuvieron otro accidente con su cola también. Una tarde, para desestresarse un poco, se pusieron a jugar en sus formas animales y Jungkook medio se pasó con sus mordidas. Como ocurrió antes, se la pasó a morder y en todo el departamento resonó el chillido de la ardilla.
―¡Eres un bruto! ―sollozó Jimin, vendando su colita con exageración.
―Perdón, cariño, no lo hice adrede ―Jungkook lo miraba a unos pasos de él, apenado―. No pensé que te dolería tanto...
